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"Haremos sacrificios, pero no a costa de pasar hambre", afirma Alfonsín en el Congreso

El presidente de la República Argentina, Raúl Alfonsín, manifestó ayer en el Parlamento, tras el discurso pronunciado ante el Congreso y el Senado españoles, reunidos en sesión conjunta, que "el pueblo argentino está dispuesto a hacer sacrificios económicos para salir adelante y cumplirá sus obligaciones, pero no a costa de pasar hambre". Raúl Alfonsín ratificaba de esta forma la decisión adoptada el día anterior por su Gobierno de rechazar el plan de austeridad que le había propuesto el Fondo Monetario Internacional (FMI) ante la magnitud de la deuda externa argentina, que se cifra en unos 45.000 millones de dólares (más de seis billones de pesetas).

La grave situación económica argentina fue uno de los tres temas abordados en profundidad por el presidente Alfonsín en su discurso ante las Cortes Españolas y ante el Gobierno en pleno. Previamente, en una entrevista mantenida con Felipe González en la Moncloa, el presidente argentino había planteado la necesidad de que España haga el máximo esfuerzo para facilitar a su país la ayuda económica solicitada por la delegación técnica, que es de 300 millones de dólares (45.000 millones de pesetas). España, por su parte, ha considerado la posibilidad de conceder a Argentina, al menos, 105 millones de dólares en créditos comerciales para la compra de bienes de equipo españoles, resucitando una línea de crédito del Banco Exterior. Raúl Alfonsín, que considera la lucha contra la crisis económica como el primer desafío de su Gobierno, afirmó en términos radicales ante los parlamentarios españoles que la deuda de su país y la de otras naciones latinoamericanas es fruto de "mecanismos perversos, pues nos prestan la plata para que no nos desarrollemos". La deuda argentina equivale a las dos terceras partes del producto nacional bruto (PNB). "La distorsión del sistema financiero internacional ha significado para América Latina", afirmó Alfonsín, "la paradoja de constituir una región subdesarrollada que se desangra enviando recursos para alimentar la acumulación financiera en el mundo desarrollado". Al mismo tiempo, el ministro de Economía argentino, Bernardo Grinspun, daba una conferencia de prensa en Buenos Aires en la que desmentía que hubieran roto con el FMI, pese a haber enviado una carta de intenciones a Washington sin que antes fuera aprobada por la misión del Fondo.

Páginas 13, 14 y 49

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