Hoy, elecciones presidenciales, en Ecuador

Un total de 3.794.141 ecuatorianos deberán acudir hoy, desde las siete de la mañana (dos de la tarde, hora peninsular), a las urnas para elegir, entre el socialdemócrata Rodrigo Borja: y el derechista León Febres Cordero, quién será el próximo presidente de este país.Los pronósticos favorecen al socialdemócrata Borja, candidato por la Izquierda Demócrata (ID), que ha recibido el respaldo a su candidatura de seis partidos -entre ellos, el gobernante: Democracia Popular-Unión Demócrata Cristiana-, mientras que Febres Cordero, aspirante a la presidencia por el Frente de Reconstrucción Nacional (FRN), coalición electoral de seis partidos de derecha, no tiene el respaldo de ningún partido, salvo de los que forman el Frente de Reconstrucción.

Los sondeos de opinión y encuestas no han sido utilizados en esta ocasión como arma propagandística por una u otra candidatura, sino que se han manejado reservadamente en el interior de los partidos. Esta discreción se basa en el estrepitoso fracaso de las encuestas en la primera vuelta electoral, cuando todos los sondeos pronosticaban el triunfo del derechista Febres Cordero, que al final fue aventajado por Borja con un margen de 35.000 votos.

Los programas de gobierno de los dos candidatos han sido escasamente esbozados en una campaña en la que predominaron los insultos y ataques personales. De lo poco que se sabe, Borja propone un programa de reactivación económica de "abajo hacia arriba", mediante una mejor distribución del ingreso -a fin de aumentar el mercado interno-, una reorientación del proceso industrial y un programa de austeridad en el gasto público, el impulso a la reforma agraria y la concertación con los demás países latinoamericanos para hacer frente al problema de la deuda externa (que llega en Ecuador a los 6.688 millones de dólares).

Por su parte, Febres Cordero plantea el aumento de la producción como el camino para reactivar la economía ecuatoriana. Este aumento de la producción se basará en el aumento de la inversión, incluida la extranjera, a la que se abrirán fronteras; todo ello enmarcado en un modelo de economía social de mercado que considera el candidato derechista que no ha fracasado en otros países latinoamericanos, como Argentina y Chile.