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Brasilia, tomada por la policía ante la votación de hoy sobre la elección presidencial directa

Brasilia amaneció ayer, al igual que últimos días, transformada en una ciudad prohibida, debido al fuerte control militar y policial establecido ante la votación hoy en el Parlamento de una propuesta de enmienda constitucional que pretende la celebración de elecciones presidenciales directas en 1985.Nadie entra en la capital brasileña sin explicar el motivo del viaje y sin recibir permiso, como si visitar la capital fuera algo insólito en la vida de un país. Todos los que llegan deben identificarse a la Policía Militar, informar dónde van a hospedarse y cuántos días pretenden quedarse en la ciudad. Quien llega por carretera debe superar el control de las barreras policiales, establecidas cada 15 kilómetros. Todos los vehículos son cuidadosamente registrados, especialmente los autobuses, e incluso los diputados y senadores deben identificarse.

Unos 8.000 soldados patrullan por las calles e intentan identificar a posibles subversivos. Los jóvenes con camisas amarillas, el color oficial de la campaña en favor de las elecciones directas, son sospechosos en potencia.

Las radios y los canales de televisión se hallan bajo una rígida censura, las reuniones en locales públicos o privados están prohibidas y la Universidad, que fue cercada por la policía en la tarde del lunes, permanecerá cerrada hasta pasado mañana, viernes.

Si en las calles la presencia más fuerte es la de los militares, en el Congreso nacional -foco de la atención de los brasileños- la presencia más visible es la de los diputados que corren de un lado a otro intentando confirmar compromisos adquiridos o lograr otros nuevos. Nadie se arriesga a indicar las posibles consecuencias de la aprobación o el rechazo de la enmienda constitucional. Los principales dirigentes de la oposición concentran ya sus esfuerzos en una negociación con el Gobierno.

La oposición necesita los dos tercios de los votos de los diputados y senadores para que sea aprobada su enmienda. Ese porcentaje podrá ler logrado en la Cámara de Diputados, pero es prácticamente imposible de conseguir en el Senado, donde el Gobierno nombra un tercio de sus miembros.

La expectativa y la tensión fueron las características del país en los últimos días. Los medios financieros registraron significativas bajas en sus movimientos, mientras subía la cotización del dólar en el mercado paralelo.

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