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Más allá de los narcos de Sinaloa y Jalisco: la lista negra de Trump incluye a seis carteles mexicanos como terroristas

La Casa Blanca perfila, a falta del anuncio formal, las primeras designaciones: la Familia Michoacana, Carteles Unidos, el Cartel del Noroeste y el Cartel del Golfo entran en la lista, según ‘The New York Times’

Lords of Sinaloa and Jalisco
Miembros del Cartel Jalisco Nueva Generación, en Morelia, Michoacán, el 12 de noviembre de 2023.CUARTOSCURO
Elías Camhaji

Las primeras designaciones de carteles mexicanos como grupos terroristas están a la vista. La Administración de Donald Trump tiene en el punto de mira al Cartel de Sinaloa y al Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), dos de las fuerzas criminales más poderosas del mundo, para una primera ronda de sanciones, adelantó The New York Times. A falta del anuncio oficial, se perfila en la lista negra a otras organizaciones con amplio recorrido en México, como la Familia Michoacana, el Cartel del Golfo y Cartel del Noreste (CDN), una escisión de los Zetas, así como Carteles Unidos, una amalgama de células que operan al sur del país. El cambio anticipa un capítulo sin precedentes en más de seis décadas de guerra contra las drogas.

Trump emitió un decreto el pasado 20 de enero, en su primer día en la presidencia, para nombrar a los carteles de la droga como organizaciones terroristas, elevar la amenaza del narcotráfico a la órbita de la seguridad nacional y poner a disposición del aparato militar estadounidense las herramientas diseñadas para la “guerra contra el terror”. La acción ejecutiva contempla que el Departamento de Estado proponga quiénes serán objeto de las sanciones y someta la lista a consideración del Congreso, de mayoría republicana. El plazo previsto para que Marco Rubio, el jefe de la diplomacia estadounidense, formulara las recomendaciones era de 14 días y ya se ha cumplido. Fuentes oficiales citadas por el diario estadounidense anticipan que el anuncio se formalice en cuestión de días.

Los carteles mexicanos no son los únicos blancos de Washington. El decreto de Trump menciona por nombre a La Mara Salvatrucha de El Salvador y el Tren de Aragua de Venezuela. El Clan del Golfo de Colombia es otro de los nombres que se han barajado. Las leyes estadounidenses prevén que las organizaciones tengan un plazo de 30 días para apelar las designaciones, lo que es altamente improbable, porque es muy poco común que los líderes de las organizaciones se presenten públicamente como tales. Las consecuencias previsibles son un seguimiento más intenso a las estructuras financieras de los carteles, mayor discrecionalidad en el margen de operación de las agencias estadounidenses y operaciones de inteligencia de mayor alcance, bajo supervisión del Pentágono. El Gobierno de México está en vilo ante posibles violaciones a su soberanía, bajo la excusa de la lucha antiterrorista.

El Cartel de Sinaloa: un imperio fragmentado

“El Cartel de Sinaloa es la principal organización criminal de México”, afirma el analista David Saucedo, “pero tiene muchas cabezas, es un imperio fragmentado”. El grupo criminal más conocido y poderoso del país está en un momento crítico y libra desde septiembre pasado una guerra intestina, que tiene en el centro a las dos familias que han llevado las riendas del cartel durante décadas: la facción leal a Ismael El Mayo Zambada y Los Chapitos, los herederos de Joaquín El Chapo Guzmán. Zambada acusó a Joaquín Guzmán López, su ahijado, de secuestrarlo y entregarlo en Estados Unidos. La supuesta traición está en el centro de la batalla interna. Sinaloa, el bastión histórico del grupo homónimo, ha registrado más de 800 asesinatos desde el estallido del conflicto, así como cientos de desaparecidos, según datos oficiales.

La DEA asegura que el cartel tiene presencia en más de 50 países y conexiones con mafias, grupos insurgentes y criminales en cinco continentes. Incluso antes de la captura de El Mayo en julio pasado, las autoridades estadounidenses lanzaron una ofensiva judicial contra los liderazgos de la organización, parte de una cacería que se ha extendido durante generaciones y que ahora tiene como principales blancos a los hermanos Iván Archivaldo Guzmán y Jesús Alfredo Guzmán, así como a Ismael Zambada Siquieros, alias Mayito Flaco, el hijo de Zambada. El futuro incierto del cartel ha provocado dudas sobre la estrategia que seguirá Washington para combatirlo. “El Gobierno estadounidense tendrá que tomar una decisión, ¿se volcará contra el Mayo o contra Los Chapitos? No está claro”, señala Saucedo.

El Cartel Jalisco Nueva Generación: la gente del Mencho

El CJNG es el mayor rival del Cartel de Sinaloa. A diferencia de las turbulencias en la cúpula de sus enemigos, el Cartel Jalisco tiene en Nemesio Oseguera Cervantes, alias El Mencho, a su líder indiscutido. La Casa Blanca ofrece 15 millones de dólares por su cabeza. Rubén Oseguera El Menchito, su hijo y sucesor, fue declarado culpable de narcotráfico y uso ilegal de armas de fuego en Washington el año pasado. El Mencho tiene una alianza con Los Cuinis, una estructura paralela comandada por su familia política, que opera como su brazo armado y financiero.

Fundado hace poco más de una década, el CJNG es uno de los grupos de más rápida expansión territorial, gracias a un modelo de franquicias, que delega cada fase del narcotráfico en un eslabón especializado de su cadena criminal. Saucedo apunta que eso les ha permitido arrebatar varios territorios a sus adversarios, como Tabasco, Chiapas o Zacatecas. Mucho se ha hablado sobre los cambios que puede provocar la guerra de Sinaloa en la geografía criminal de México y si el Cartel Jalisco será uno de los principales beneficiados. También si ese eventual ascenso los pondrá más en la mira de las autoridades. La organización estuvo detrás del atentado en 2020 contra Omar García Harfuch, el zar de Seguridad del Gobierno de Claudia Sheinbaum.

La (nueva) Familia Michoacana

La Familia Michoacana tuvo un enorme protagonismo en los primeros años de la guerra contra el narco que lanzó el Gobierno de Felipe Calderón (2006-2012). El grupo fue fundado por Nazario Moreno, un entusiasta evangélico que prohibía el consumo de alcohol y drogas e imponía un estricto código de conducta a sus hombres. “Les exigía una vida monástica”, asegura Saucedo. Moreno “murió” dos veces: se reportó que fue abatido en un tiroteo con la Marina en 2010, aunque otras versiones señalaron que seguía vivo y a cargo del grupo criminal hasta que se confirmó su muerte en 2014 en otro enfrentamiento con los marinos mexicanos. El grupo se fracturó: una parte mantuvo el nombre y otra se alió con el Cartel de Sinaloa y adoptó el nombre de Los Caballeros Templarios.

“Es el tercer grupo de macrocriminalidad en el país”, afirma Saucedo sobre los herederos de la Familia. El especialista señala que el grupo tiene un portafolio de actividades criminales más amplio que Sinaloa y Jalisco, menos centrado en el narcotráfico y más enfocado en actividades como la extorsión. La organización tiene presencia en la región centro-sur del país, en Estados como Michoacán, Guerrero, Morelos y el Estado de México. Está comandada por los hermanos José Alfredo y Johnny Hurtado Olascoaga, alias El Fresa y El Pescado.

Carteles Unidos: narcoinsurgencia y “derecho de piso”

Los menos conocidos de la lista, Carteles Unidos también tiene sus orígenes en Michoacán y amplia presencia en Guerrero. Surgió como una coalición de grupos criminales pequeños, mafias locales y grupos de autodefensa, como Los Viagras, el Cartel de Tepalcatepec y Los Caballeros Templarios. “Se unieron primero para enfrentar la invasión de Los Zetas y cuando los exterminaron, lo hicieron para repeler al Cartel Jalisco en Michoacán”, explica Saucedo. Los enfrentamientos han asolado a la región conocida como tierra caliente, una de las más violentas del país. El control de ese Estado ha sido una obsesión para El Mencho, que es originario de ahí y lo ve como una zona de expansión natural, al tener su principal sede en el vecino Jalisco.

La alianza ha seguido el ejemplo de viejas organizaciones como La Familia Michoacana, que vieron la oportunidad de extorsionar a productores agrícolas que se han beneficiado del auge comercial con Estados Unidos. Michoacán es uno de los principales productores de aguacate, un negocio multimillonario del otro lado de la frontera. Pero también es el Estado que más produce limones en México. Carteles Unidos estuvo detrás de una ola reciente de cobro de “derecho de piso” a limoneros, la cuota que exigen los narcos a los agricultores para mantener sus negocios. Washington ha seguido de cerca la expansión de las extorsiones, incluso suspendiendo el comercio de industrias amenazadas, lo que puede explicar por qué la coalición fue incluida en la lista.

El Cartel del Noreste y el Cartel del Golfo: cuentas pendientes

Fundado en el Estado fronterizo de Tamaulipas, el Cartel del Golfo es una de las organizaciones criminales más antiguas de México. Sus orígenes se remontan a los años de la prohibición y al tráfico de whisky en la década de 1930, pero su presencia se catapultó después de que sellaron un pacto de protección con las fuerzas del orden en México y una alianza con el Cartel de Cali de Colombia a finales de los 90, bajo el mando de Osiel Cárdenas Guillén, alias El Mata Amigos. El capo acaba de purgar una sentencia de 21 años de cárcel en Estados Unidos, pero fue deportado en diciembre pasado para enfrentar los casos que tiene abiertos en México. El grupo estuvo detrás del secuestro de cuatro ciudadanos estadounidenses en 2023 en Matamoros, un caso de alto perfil y que tensó la relación bilateral en 2023.

Cardenas Guillén fue una figura clave para la creación de Los Zetas, originalmente una fuerza de élite de corte marcial del Cartel del Golfo. La ruptura se dio en 2010, el mismo año en que el jefe se declaró culpable y fue condenado por narcotráfico en Texas. El Cartel del Noreste es, a su vez, una escisión de Los Zetas, formada después de la captura de Alejandro Treviño El Z-42, uno de sus últimos líderes, en 2015. “La organización ha perdurado y está a cargo de un amplio abanico de actividades criminales en la frontera, lo que le ha dado visibilidad en Estados Unidos”, señala Saucedo.

“Veo muchos sesgos en estas designaciones, dejaron fuera muchas que son muy violentas, pero que no han recibido tanta atención de Estados Unidos”, afirma el especialista, que cuestiona la efectividad de las nuevas medidas y la estrategia de ir contra los cabecillas de las organizaciones. “Es una película que ya hemos visto: Estados Unidos está emprendiendo un camino que ya recorrió en Colombia y que no llevó a ningún lado”.

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Sobre la firma

Elías Camhaji
Es reportero en México de EL PAÍS. Se especializa en reportajes en profundidad sobre temas sociales, política internacional y periodismo de investigación. Es licenciado en Ciencia Política y Relaciones Internacionales por el Instituto Tecnológico Autónomo de México y es máster por la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS.
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