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Australia confirma sus avances en ginecología con el desarrollo de un embrión congelado

"Estados Unidos ganó la carrera del espacio, pero Australia está ganando la carrera de los bebés", fue la forma en que un canal de televisión australiano anunció el nacimiento de la niña Zoe, primer ser humano en todo el mundo procedente de un embrión previamente congelado. De la mano de un equipo de la universidad Monash, de Melbourne, la medicina acaba de romper una nueva barrera, con unas consecuencias que nadie conoce aún a ciencia cierta.

El nacimiento de Zoe a finales de marzo -acontecimiento celosamente guardado en secreto, debido a la venta previa a un semanario de todos los derechos de publicación del caso- no cogió a los australianos por sorpresa. Casi todos son conscientes aquí de que el equipo de ginecología formado por varios hospitales de la capital de Victoria y dirigido por el profesor Carl Wood está a la vanguardia mundial en lo que se refiere a la fertilización artificial. Este conocimiento no supone, sin embargo, unanimidad alguna en cuanto al reconocimiento de legitimidad a estas investigaciones. La polémica, sin duda, se reanudará ahora, y el hecho de que la madre sea católica incluso podría agudizarla.El mismo jefe del Gobierno de Victoria, el laborista John Cain, no ocultó su preocupación al conocer la noticia del nacimiento, por el hecho de que "la ciencia sigue avanzando, mientras la sociedad no ha discutido aún en profundidad las implicaciones morales y legales de estos experimentos".

¿En qué consisten los experimentos? El equipo integrado por el Royal Women's Hospital, el Queen Victoria Medical Centre y el Epworth Hospital, todos ellos de Melbourne, coordinado por el profesor Wood, de la universidad Monash, está investigando en varios terrenos de la fertilización artificial, especialmente en la implantación de embriones procedentes de óvulos donados y la implantación de embriones previamente congelados.

Ya en 1980, este equipo se convirtió en el segundo del mundo en conseguir el nacimiento de un bebé fertilizado in vitro. Meses después, los científicos de la universidad Monash introducían una nueva técnica para recolectar varios óvulos de una sola vez de cada mujer, técnica que incrementaba considerablemente las posibilidades de conseguir un embarazo con éxito.

Esta técnica implica la utilización de medicamentos fertilizantes, que por lo general provocan una ovulación múltiple en cada ciclo.

Una vez recolectados los óvulos, se fertilizan in vitro. A partir de este momento, los embriones son congelados a menos 196 grados centígrados en una solución de nitrógeno.

En el momento que los médicos lo consideran oportuno, se descongelan varios de ellos y se implantan en la mujer. Si este primer intento de embarazo falla, queda al menos otra oportunidad.

Primicias mundiales

Desde aquel éxito de hace menos de cuatro años, el equipo de Melbourne ha conseguido varias primicias mundiales: nacimiento de los primeros gemelos y cuatrillizos del mundo procedentes de fertilización in vitro, nacimiento del primer bebé procedente de un óvulo donado e implantado tras ser fertilizado in vitro, y ahora el nacimiento de Zoe, nombre griego que significa regalo de vida.De la popularidad de este equipo investigador entre las parejas estériles puede dar una idea el simple hecho de que la lista de espera es de 2.000 parejas. Y esto no sólo en Melbourne. También en Adelaide hay un equipo que realiza con éxito fertilización in vitro.

Mientras tanto, los moralistas siguen discutiendo las implicaciones éticas de todo el programa de investigaciones y el Gobierno de Victoria trabaja para remitir al Parlamento una ley con carácter retroactivo para asegurar que las mujeres "que de hecho tienen los niños" sean las madres legales, con todos sus derechos y responsabilidades.

De acuerdo con la ley australiana, en la actualidad, los niños procedentes de óvulos donados son hijos de la donante y del padre, mientras la madre que realmente lo parió no tiene ningún derecho sobre él. La técnica de congelación de embriones, que ya se practica en ciertas especies animales abre perspectivas reales, entre ellas la de conservar los embriones para embarazos futuros de la madre o para la creación de un banco de embriones.

El doctor Alan Trouson de Melbourne ha subrayado especialmente la ventaja de este método para la planificación familiar, ya que los óvulos de mujeres jóvenes tienen menos probabilidad de ser portadores de anomalías cromosómicas.

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