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La universidad de Barcelona rendirá un homenaje al romanista Martín de Riquer

Martín de Riquer, catedrático de Filología Románica de la Universidad de Barcelona desde 1951, recibirá la próxima semana un homenaje por parte de su facultad, en el que participarán romanistas de todo el mundo, con motivo de su jubilación de la cátedra. Riquer seguirá, sin embargo, impartiendo cursos en la universidad. La misma facultad celebrará, entre el 20 y el 24 de marzo, un simposio conmemorativo del centenario de la impresión de la primera parte de La Regenta, de Leopoldo Alas, Clarín. Los textos de ambos actos serán editados posteriormente por la Universidad de Barcelona.

"El motivo inmediato del homenaje a Martín de Riquer es su jubilación, que será en mayo", explica Gabriel Oliver, decano de la facultad de Filología de la Universidad de Barcelona, "pero no es sólo porque se jubile. Riquer merecía el homenaje porque ha sido el creador de toda una escuela de romanistas, posiblemente la más importante de España. Él, personalmente, ha hecho todo lo que puede hacer un estudioso, desde la edición de texto hasta la traducción, desde la redacción de obras de conjunto hasta la de artículos especializados y de divulgación. Ha acumulado un saber enciclopédico que hace de él un sabio". Martín de Riquer se doctoró, cuando aún no existía la especialidad de Literatura Catalana, con una tesis sobre las traducciones al castellano de la poesía de Ausiàs Marc. En 1941, según recuerda Antoni Vilanova, catedrático de Crítica Literaria de la facultad, "yo era estudiante y asistí al primer curso que él impartió en la facultad. Era un curso sobre literatura española. Y es que Riquer es famoso en todo el mundo por sus estudios sobre literatura provenzal, pero conoce muy bien la literatura castellana y toda en general. Él afirma que llega hasta un determinado punto y que el resto de la literatura no le interesa, pero se confundiría quien pensara que eso significa que no la conoce. En cierta ocasión alguien hablaba de Proust y Riquer comentó que de determinado personaje nunca se dice que sea alto, pero sí se afirma que tropezó con una araña colgada del techo. Riquer leyó a Proust a medida que iba saliendo de la imprenta". El primer volumen de La Regenta, la obra de Clarín considerada como la mejor novela española del siglo XIX, se imprimió en Barcelona en 1884, aunque no sería distribuida hasta 1885. El editor fue David Cortezo, quien la incluyó en la Biblioteca de Artes y Letras que dirigía Josep Yxart, con el asesoramiento de Narcís Oller. Clarín, que ya era famoso como crítico y que en tal actividad se había granjeado las iras de no pocos autores y editores, no había encontrado, hasta ese momento, un editor que quisiera publicarle su obra. Finalmente, la obra apareció con ilustraciones de Joan Llimona. Salvo por Galdós y algún que otro crítico y escritor, la obra fue acogida con ira. "A ello contribuyó", considera Vilanova -que es el organizador del simposio sobre la novela, en representación de la facultad-, "su carácter anticlerical y el hecho de que algunos de los personajes pudieran ser reconocidos en el Oviedo de la época. Lo cierto es que, desde entonces y pese a tratarse de un verdadero clásico, sobre la obra ha gravitado una especie de maldición que ha hecho que, hasta hace escasos meses, en que apareció la traducción inglesa, no hubiera traducción a los idiomas corrientes en occidente".

Para Vilanova el homenaje de la Universidad de Barcelona a La Regenta y a Clarín es casi exigido. "Leyendo la correspondencia entre Oller y Clarín se aprecia que la relación de Clarín con Barcelona fue más profunda de lo que habitualmente se supone".

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