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Suráfrica y Angola llegan a un acuerdo para el alto el fuego en la frontera con Namibia

Soledad Gallego-Díaz

África del Sur y Angola llegaron ayer, por primera vez en muchos años, a un acuerdo conjunto para asegurar el alto el fuego en la frontera con Namibia. Los expertos consideran este acuerdo como un primer paso importante que puede llevar en el futuro a negociaciones sobre la independencia de este territorio, ocupado por Johannesburgo pese a las resoluciones en contra de las Naciones Unidas. Las conversaciones de ayer han sido posibles gracias a la mediación de Estados Unidos, que desarrolla desde hace tres meses una intensa labor diplomática en la región.

El comunicado final de la reunión, celebrada en Lusaka (Zambia), anuncia la creación de una comisión conjunta África del Sur-Angola encargada de vigilar el cumplimiento del alto el fuego "y de facilitar la retirada de tropas surafricanas de Angola y crear las condiciones para un efectivo cese de hostilidades entre los dos países". El comunicado no excluye la posibilidad de que fuerzas conjuntas de África del Sur y Angola patrullen la frontera y deja abierta la puerta a una posible colaboración militar norteamericana. "Un pequeño número de representantes estadounidenses", afirma, "podría ayudar a vigilar el cumplimiento del alto el fuego, a petición de las partes".En Washington, se estudia la posibilidad de enviar un grupo de observadores militares para asegurar el alto el fuego, aunque fuentes oficiales angoleñas citadas por la agencia de noticias Angop, aseguraron que Angola no acepta la presencia de observadores norteamericanos por entender que el Gobierno de Estados Unidos "es parte interesada en el conflicto".

La reunión de ayer, calificada por numerosos observadores diplomáticos como una ocasión única para lograr el fin de una guerra que agota a la región desde hace 16 años, fue preparada cuidadosa mente por el subsecretario de Estado para asuntos africanos de Estados Unidos, Chester Krocker, que ha viajado en los últimos meses varias veces a Johannesburgo, Lusaka y Maputo, y se ha entrevistado con los líderes de práctica mente todos los países africanos de la llamada primera línea. Krocker ha logrado limar desconfianzas y transmitir a sus interlocutores la garantía de que Washington desea un acuerdo negociado y el cese de las hostilidades en la región. Los contactos directos entre Angola, África del Sur y Estados Unidos fueron precedidos por el anuncio, el pasado 31 de enero, de que Johannesburgo había decidido unilateralmente retirarse del territorio que ocupaba en Angola con el pretexto de impedir el paso de guerrilleros del movimiento independentista de Namibia (SWAPO). El régimen de Luanda acogió la noticia con escepticismo, pero anunció que estaba dispuesto a respetar el momentáneo alto el fuego en la frontera de Namibia si este acuerdo era seguido inmediatamente de negociaciones para la implementación de la resolución 345 de las Naciones Unidas, que conmina a África del Sur a conceder la independencia a dicho territorio.

Ha sido en este momento cuando Krocker ha logrado sentar en la misma mesa al ministro de Asuntos Exteriores dé África del Sur, Pik Botha, y al ministro del Interior angolano, Alexander Rodrigues. Aunque fuentes surafricanas no han comentado el comunicado oficial, portavoces estadounidenses resaltaron que el cese de hostilidades es el primer paso que crea las condiciones "en las que será posible resolver el largo contencioso de la independencia de Namibia".

Uno de los principales obstáculos en este camino será, sin duda, la exigencia surafricana y norteamericana de que se retiren de Angola los 25.000 soldados cubanos que garantizan actualmente la supervivencia del régimen. La mera retirada surafricana no será suficiente para que Angola prescinda de estas tropas, porque tiene que hacer frente también al movimiento guerrillero UNITA (Unión Nacional para la Independencia Total de Angola). Aunque Johannesburgo se comprometiera a cortar la ayuda a Jonás Savinbi, UNITA tendrá durante un largo período recursos suficientes como para poner a Luanda en un compromiso.

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