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México inicia un intento de exigir a la banca internacional préstamos a menores tipos de interés para América Latina

Una nueva petición de dinero que acaba de formular México a la banca internacional ha recrudecido en el sector los temores de tener que aumentar más de lo previsto su riesgo en América Latina y, además, con menores tipos de interés. A los bancos españoles les toca en esta ocasión unos 12.000 millones de pesetas (6% de los créditos financieros otorgados al país). Si bien la cifra es pequeña en relación con el riesgo contraído en la zona -sólo en dicha modalidad crediticia, más de 550.000 millones de pesetas de los cerca de dos billones adeudados a España-, piensan que la operación mexicana puede sentar precedente, y se aprestan a hacer más provisiones para cubrir los préstamos entregados.

México empezó a sondear hace varias semanas a la banca internacional sobre un nuevo crédito de 3.800 millones de dólares, de los cuales cerca de 80 millones tendrían que ser aportados por las entidades españolas. Las impresiones recogidas en medios financieros es que a los bancos acreedores no les importa tanto la exigencia real de que aporten en proporción al 6% de los riesgos contraídos como el tipo de interés propuesto: 1,5% sobre el interbancario de Londres. Piensan que el argumento mexicano -"ha mejorado nuestra economía, luego somos más solventes"- no es ciertamente extensible a la otra docena de países latinoamericanos que deben en conjunto unos 320.000 millones de dólares. Pero creen tener datos de que puede calar en el resto.Hasta ahora, las entregas de dinero nuevo que siguieron a la crisis financiera del verano de 1982 las ha efectuado la banca internacional con un margen adicional próximo al 2,25% sobre el tipo de interés interbancario de Londres, que ha bajado desde entonces del 14% a poco más del 9%. Aparte de estas operaciones, reforzadas generalmente con otros préstamos del Fondo Monetario Internacional (FMI) o instituciones similares, todos los mayores países latinoamericanos, excepto Colombia y Guatemala, han renegociado más de una quinta parte de su deuda; por lo general, la que iban a pagar en 1983 y 1984. La norma común ha sido aplazar vencimientos hasta seis años con los bancos, a 1 y 7/8 de margen sobre el libor, y condiciones algo mejores con las entidades estatales o paraestatales que acuden al llamado Club de París (en España, la Administración y el sistema de crédito a la exportación).

Deudas crecientes

En conjunto, la deuda externa de América Latina ha aumentado durante el pasado año cerca de 40.000 millones de dólares, pese a que los planes de ajuste han provocado drásticos recortes en las importaciones (las ventas españolas se han reducido del 11 % al 6% del total de las exportaciones nacionales). México y algún otro país han mejorado algunos indicadores, obligados por el FMI y la banca, que hasta el momento ha hecho buenos negocios, pues sólo Brasil y Argentina, entre los grandes, han dejado de pagar momentáneamente los intereses. Pero la media apunta a una caída de reservas internacionales próxima a los10.000 mil.lones de dólares, el aumento de la inflación en más de un 10% (hasta el 80%) y el incremento del paro y el subempleo en más de un millón de personas (hasta 26 millones).México, que ha perdido comparativamente pocas reservas (ha pasado de 3.900 a 3.500 millones), ha mejorado en otros renglones y acaba de esgrimir, en especial ante la banca, el signo más positivo de su balanza comercial para pedir los citados 3.800 millones adicionales al 1,5% sobre el libor, dentro de unas necesIdades previsibles en balanza dé 7.000 millones de dólares, que en el resto correrán a cargo del FMI y otras instituciones. Una parte del préstamo lo quiere para aumentar reservas, y la otra (poco más de 1.000 millones), para pagar intereses por sus 85.000 inillones de deuda externa, de los cuales ha renegociado más de 25.000 millones. Las negociaciones, por la costumbre de que las encabece por cada país el banco con más riesgo, han sido confiadas por los grandes españoles al Banco Exterior.

Tras la renegociación de los vencimientos pendientes para 1983 y 1984, México pidió 5.000 millones de dólares nuevos, a repartir en proporción al 7% de los riesgos contraídos por cada banco. Ahora propone la misma fórmula, con el 6%. Dentro de una deuda total con España de 2.500 millones de dólares, según confirmó el pasado viernes en Madrid el director general del Instituto Mexicano de Comercio Español, Manuel Armendáriz, que visitó Espaila para proponer inversiones y otras fórmulas que permitan facilitar el pago, los bancos españoles le tienen otorgados créditos financieros por más de 1.300 millones de dólares.

De acuerdo con las estimaciones oficiales sobre el riesgo financiero de los bancos españoles en América Latina, que aparecen reflejadas en el mapa adjunto, México supone casi la tercera parte del total. Argentina, Brasil y Venezuela, con más de 500 millones de dólares cada uno, son los otros principales deudores. Con las deudas interbancarias a menos de seis meses, el riesgo financiero total puede ser superior, si bien la no inclusión de las líneas interbancarias en las operaciones de renegociación -que afectan a plazos de seis meses a ocho años, cuando la duración media de los créditos se estima en cinco años- puede haber facilitado su disminución en el último año.

La pauta mexicana de reclamar menores tipos de interés puede ser seguida especialmente por Argentina, el segundo gran deudor de los bancos españoles. Aunque su inflación creció el año pasado del 220% al 300% y las reservas internacionales cayeron de 3.500 a 1.420 millones de dólares, abunda en este sentido la política de ajuste iniciada por el Gobierno democrático de Raúl Alfonsín. Pero de momento la moratoria de 90 días solicitada antes de las elecciones no ha finalizado realmente. Su deuda externa ronda los 40.000 millones de dólares, de la cual están refinanciados los vencimientos entre el 30 de junio de 1982 y el 31 de diciembre de 1983, además de que el año pasado consiguió un préstamo adicional de 1.500 millones de dólares, no todo dispuesto. En este caso actúa de representante de la banca española el Banco Central.

Brasil, el tercer país en riesgo financiero, donde encabeza las operaciones el Banco de Bilbao, no seguirá a corto plazo la política mexicana, pues no ha conseguido cumplir todavía las condiciones del FMI, y ya firmó el pasado 27 de enero 6.500 millones de dólares nuevos, terminó las renegociaciones de la deuda que debía pagar en 1984 y ha solicitado el mantenimiento de las líneas comerciales y de interbancario por otro año.

Por el contrario, los bancos opinan que el ejemplo puede ser seguido, al menos, por Venezuela, Chile y Ecuador. Este último, en cuyas negociaciones comparece cada banco acreedor español, firmó el pasado octubre el aplazamiento por siete años de los vencimientos de 1983, y se espera que solicite pronto los de 1984 y quizá un nuevo préstamo.

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