Xavier Vinader regresa a España y se pone a disposición de la justicia, a la espera del indulto del Gobierno

El periodista Xavier Vinader, que residía fuera de España desde hace un año y que está condenado a siete años de cárcel por un delito de imprudencia profesional, se presentó ayer en el aeropuerto de Madrid-Barajas y se puso a disposición de la justicia. Fue detenido por agentes de la policía judicial y trasladado a la prisión de Carabanchel. En una carta abierta a la opinión pública y al Gobierno español, Vinader expresa su esperanza en que el Gobierno considere su petición de indulto y afirma que ha tomado la difícil decisión de regresar para que no haya ningún obstáculo que imposibilite la tramitación de dicha solicitud.

Vinader llegó a Madrid, procedente de París, a las 14.45 horas, en el vuelo 513 de Air France. En el aeropuerto le esperaban el director de publicaciones del grupo Zeta, empresa para la que trabaja y dos amigos personales. En esta compañía se trasladó hasta la prisión, donde, dado su estado de salud física, el director decidió su ingreso en el hospital penitenciario.En una reciente conversación mantenida con la corresponsal de EL PAÍS en Londres, Soledad Gallego-Díaz , Vinader afirmó, que había decidido regresar a España porque, "estoy harto de que nadie tome una decisión sobre mi caso, con la excusa de que estoy fuera del país". El periodista catalán recordó que se encontraba en Londres en enero de 1983, por motivos profesionales cuando conoció la resolución del Tribunal Supremo, confirmando la sentencia que le había condenado. "Puse entonces todas mis esperanzas en el Tribunal Constitucional y decidí quedarme fuera mientras éste resolvía. Cuando rechazó mi recurso sufrí un duro golpe. La única solución que, me queda es vivir siempre fuera de España o regresar y solicitar el indulto".

"Sería demasiado fácil tirar la toalla"

"A estas alturas", prosiguió, quedarme fuera y tirar la toalla sería demasiado fácil. Podría instalarme como corresponsal en cualquier capital del mundo y dar por cerrado un capítulo de mi vida personal y profesional, pero yo quiero volver a mi tierra y trabajar como periodista en España". Cuando se desarrolló esta conversación, Vinader no había fijado todavía una fecha para su regreso, pero había recapacitado largamente sobre su situación y estaba completamente decidido a ponerse a disposición de la justicia."Si no regreso a España", explicó entonces, "el Gobierno no se verá obligado a considerar mi caso y a asumir su responsabilidad. Tras el fallo del Tribunal Supremo, la mayoría socialista en el Parlamento no quiso tramitar una petición de indulto, no porque no estuviera de acuerdo, sino porque todavía era posible el camino del Tribunal Constitucional. Tras el fallo de noviembre pasado, el Gobierno ha dicho que no podía plantearse siquiera el tema hasta que yo no estuviera a disposición del tribunal que me condenó. Pues bien, eso es lo que voy a hacer: entregarme y dejarle la palabra a ellos".

Vinader tenía el propósito de efectuar un regreso discreto. "No avisaré a nadie", anunció, "salvo a mi familia y a mi empresa. Espero que mis compañeros, que me han demostrado todo este tiempo su solidaridad, comprendan mis motivos".

Entre las muestras de solidaridad con el periodista destaca la de la Asociación de la Prensa de Barcelona, que anunció la presentación de un escrito, que dispone ya de más de 800 firmas, que irá dirigido al presidente del Gobierno para que las medidas de gracia se concreten ya "sin más dilaciones". La sección española del Instituto Internacional de Prensa valoró "muy positivamente", por su parte, la "valiente decisión" de Vinader de someterse a la acción de la justicia y reiteró su petición de indulto para Vinader. Igualmente, el secretario general del PCE, Gerardo Iglesias, reclamó de nuevo el indulto para el periodista.