Científicos y autoridades quieren convertir el litoral español en un huerto de peces y moluscos

El litoral español seguirá en los próximos años las huellas de una experiencia iniciada hace 20 años en Japón y se convertirá en un gran huerto en el que se cultiven y engorden 227.000 toneladas de algas marinas, peces, moluscos y crustáceos en 1986. A ello se dirigen los esfuerzos de la Dirección General de Ordenación Pesquera, que ha elaborado un Plan de Acuicultura, actualmente en el Parlamento, y las investigaciones del Instituto Oceanográfico y la Universidad de Santiago de Compostela.

Se han realizado estudios científicos, legales, oceanográficos y de planificación económica para convertir el litoral español en un gran huerto de cultivo de peces, moluscos y crustáceos capaz de mantener el actual nivel de consumo de proteínas de pescado de la población española (1,6 millones de toneladas de pescado por año) y de sustituir un 10% de las capturas pesqueras actuales por cultivos marinos. En materia legal, el Gobierno ha enviado al Parlamento un proyecto de ley de Cultivos Marinos que se encuentra a la espera de debate en la Comisión de Agricultura y ha recibido ya un total de 150 enmiendas.Con este proyecto se trata de ordenar una experiencia prácticamente inédita en nuestro país -la instalación de huertos en el litoral español- y de coordinar la labor de las comunidades autónomas con plenas competencias en materia de pesca.

Los estudios económicos se encuentran también a punto y, según Fernando González Laxe, director general de Ordenación Pesquera, "en 1986 podemos lograr la cifra de 227.000 toneladas de peces, moluscos y crustáceos cultivados de forma artificial en jaulas flotantes, estanques y parques de reproducción y engorde". Este volumen de producción, que no incluye las actuales mejilloneras gallegas (3.100 viveros con una producción de 160.000 toneladas al año), significa la creación de unos 15.000 puestos de trabajo directos e indirectos y un volumen económico cifrado en 40.000 millones de pesetas. También se han estudiado ampliamente los diversos puntos y zonas del litoral español, analizando golfos, rías y bahías; midiendo las temperaturas de las aguas mediterráneas y atlánticas; evaluando la intensidad de los vientos, y calibrando las condiciones de salinidad de las aguas. De todo ello se desprenden conclusiones muy positivas para la implantación de sistemas de acuicultura con especies autóctonas.

Los diversos estudios se han aliñado, además, con previsiones negativas sobre la pesca en los bancos de la Comunidad Económica Europea y con una demanda creciente del consumo de proteínas por parte de la población española. Hoy, la media de consumo de pescado es de 40 kilos por español y año, y las capturas totales del sector pesquero suman 1,4 millones de toneladas, cifra que se encuentra en regresión y resulta, además, insuficiente para cubrir las necesidades de la demanda.

30.000 hectáreas de 'huertos'

Todo se ha dispuesto, pues, para la gran aventura de la acuicultura, es decir, la niponización de nuestras costas y la conversión de las mismas en un huerto marino libre de los, riesgos del envejecimiento de los barcos (la vida media de un barco es de 15 años), de las marejadas, negociaciones, tratados prorrogables y subida de inputs y gasóleos. Un Plan Estratégico Nacional de Acuicultura, cuyo primer avance se presentó en 1981, describe la situación del litoral peninsular como óptima para la práctica de la acuicultura y prevé un nivel de producción de peces, moluscos y crustáceos de engorde en 1995 equivalente al 75% de lo que fue el volumen total en Japón en 1976. Para esa fecha, 1995, el citado Plan de Acuicultura pretende lograr un total de 608.000 toneladas de cultivos marinos, aproxirnadamente una cuarta parte del consumo interno previsto. Según los proyectos, eso implicaría una superficie de cultivos marinos del orden de las 25.000 a las 30.000 hectáreas.Hasta el momento, las investigaciones realizadas han aportado la consiguiente tecnología para la reproducción masiva en semicautividad de salmónidos, múgiles, rodaballo, ostra, ostión y almeja, y los investigadores esperan alcanzar antes de 1985 la tecnología adecuada para la reproducción de la lubina, el lenguado y la dorada (peces), la vieira (molusco) y el langostino y la artemia (crustáceos).

Según fuentes del Instituto OceanográficoFábregas, "hemos conseguido aislar cinco tipos de algas que pueden cultivarse con una finalidad industrial o de alimentación de moluscos. Se trata en este año de obtener el rendimiento máximo de esas algas y su mejor aplicación a cada especie. De momento, hemos podido comprobar el crecimiento de las algas, su composición proteica, de Fábregas, "hemos conseguido aislar cinco tipos de algas que pueden cultivarse con una finalidad industrial o de alimentación de moluscos. Se trata en este año de obtener el rendimiento máximo de esas algas y su mejor aplicación a cada especie. De momento, hemos podido comprobar el crecimiento de las algas, su composición proteica, de aminoácidos, clorofilas y otros elementos bioquímicos".

Riesgo de enfermedades

Si la alimentación de crustáceos y moluscos en los criaderos artificiales,puede quedar resuelta con el cultivo de las algas Phaeodactylum dicornutum, Litzschia asicularis y Tetraselmis suecica, así como con las especies Tertio lecta e Isocrisis galvana -sembrables en nuestro litoral pero de origen foráneo-, el principal reto que el Programa Nacional de Acuicultura tiene planteado es sanitario.Aunque este año se van a instalar plantas de producción industrial en Huelva, Cádiz, La Coruña, Vigo y Cantabria y para 1986 se ha previsto la instalación de 450 plantas de cultivo de peces y moluscos, 40 centros de reproducción y semillas de almejas, ostras y vieiras, así como tres de producción de huevos embtionados y 15 de alevinaje, todavía no se han estudiado las patologías y enfermedades de la fauna piscícola.