Un Nuremberg para Videla
Completamente aturdido por los datos escalofriantes que van emergiendo sobre las características de la represión en Argentina, donde, desgraciadamente, no se contentaron con asesinar a quienes quisieron, estoy a la espera de las reacciones mundiales que susciten esos datos. Una vez es público que la pax americana de los Videla de turno incluía el despeñamiento masivo de personas desde aviones, la tortura de niños delante de sus padres e incluso las descargas de electricidad en el interior de los genitales de las embarazadas, no puedo dejar de arrepentirme de haber sido toda la vida un enemigo de la pena capital, y solicito pública y formalmente la creación de un tribunal internacional al estilo del de Nuremberg, pero en esta ocasión propiciado por las Naciones Unidas o por la OEA, que juzgue convenientemente estos delitos contra la condición humana.No quiero ser malinterpretado y que mi petición parezca partidista, pero sería poco sincero si callara que un tribunal de ese tipo posiblemente ya habría sido promovido si, en vez de haberse producido esas bestialidades en un régimen militar bendecido -al menos hasta la guerra de las Malvinas- por Estados Unidos, se hubieran dado en, el otro lado. Recordemos, al respecto, la trivialidad de la excusa lanzada por Reagan para invadir Granada: la seguridad presuntamente amenazada de un puñado de ciudadanos norteamericanos. Y tampoco quiero silenciar mi decepción por el silencio del Vaticano: si Jaruzelski hubiera consentido una décima parte de lo que se ha hecho bajo la égida de Videla, estaría archiexcomulgado públicamente por el Santo Padre. Nuestro mundo me parece lamentable, tanto por las maldades como por las hipocresías. ¡Qué triste es pensar en todo lo ocurrido en aquellos centros de tortura. ¡Qué triste es ser hoy día hombre! /
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