Luces del subterráneo
La muestra de Cinema Anémico, una variada y rica antología de cine de vanguardia y experimentación extraída sobre todo de los movimientos de los años 20, 60 y 70, que hoy comienza a proyectarse en Madrid, sólo por la lectura de su catálogo, ofrece de antemano algunos aspectos de la historia del cine prácticamente desconocidos en España y que tienen más importancia de la que parece, para la formación del cine contemporáneo no experimental y para su lectura.En la historia del cine de van guardia hay un arsenal de hallazgos que poco a poco se han ido in corporando a los códigos del cine de consumo comercial y que hoy pertenecen a la gramática estable cida de este. La muestra Cinema Anémico permite redescubrir, y para la mayoría descubrir a secas, buena parte de estos hallazgos en su forma original. Encuentro Y reencuentro apasionantes.
Por ejemplo, el que nos ofrecen las muestras de las vanguardias francesas en, el periodo de entreguerras, en las que podemos encontrar la semilla de los escándalos formales organizados alrededor de los primeros filmes de la nouvelle vague. Hoy, un lenguaje fílmico como el de Jean-Luc Godard es una rareza admitida, pero hace tan sólo dos decenios costó rios de tinta su admisión. Y, sin embargo, Godard, desde el punto de vista formal, inventó pocas cosas. Las obras y nombres -Dulac, Buñuel, Duchamp, Lèger, Artaudde aquellas vanguardias lo ponen de manifiesto.
La misma conexión puede establecerse, sin necesidad de acudir a sutilezas, entre la evolución formal del cine norteamericano de los años, 70 y la vanguardia neoyorquina desarrollada alrededor de la revista Film Culture y el movimiento del Underground. La obra de Jonas y Adolfas Mekas, de Warhol y Brakhage, presionó sobre los retales de un Hollywood en saldo, en busca de formas, maneras y lenguajes fímicos que adoptar. La adopción de uno de los pioneros realistas de esa vanguardia, John Cassavettes, es la parte. más espectacular de esta captura, pero no la única. Por esto, la revisión del cine experimental es más que un ejercicio críptico para cinéfilos, es también un sondeo en las raíces cercanas del movimiento de un arte de masas. En este sentido, sí algo hay que reprochar a la irreprochable muestra Cinema Anémico es su paso, un poco por encima, de las vanguardias históricas, y el olvido de una de ellas, la soviética de los años 20, que fue la de mayor alcance, en sentido cuantitativo, de su tiempo. La obra experimental de Vertov, Maiakovski, Kosintsev, Trauberg, Kulechov y Eisenstein, merecía un hueco en esta muestra.
Por contra, la vanguardia neoyorquina de los años 50 y 60 tiene una excelente representación, y mejor aun los nuevos caminos de la experimentación actual, que es el plato fuerte -por ser el más desconocido- de la antología, que incluye una buena colección de los trabajos experimentales de los españoles Arrieta, Ruiz Balerdi, Zulueta, Balcells, Bartolomé y Aguirre, que son probablemente los cineastas españoles más desconocidos en su tierra.
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