Aniversario afgano

Diversas manifestaciones y tomas de posición han marcado, el martes 27 de diciembre, el cuarto aniversario de la intervención soviética en Afganistán. La CEE ha afirmado en una declaración que la "retirada urgente de las tropas soviéticas" era la clave para llegar a un acuerdo y ha recordado su propuesta de una conferencia internacional sobre Afganistán. Reagan ha invitado asimismo a la URSS a llegar a un arreglo de la crisis afgana que "restaure la libertad, la independencia y la no alineación" de Afganistán. Pero para conmover al Kremlin haría falta más que la "profunda preocupación" de los diez, el elogio de la resistencia por parte del presidente de los EE UU e, incluso, el rechazo de una gran parte de la comunidad internacional, en especial en el Tercer Mundo. ( ... )Está claro que el ejército rojo no ha llegado a someter la rebelión de todo un pueblo. Los afganos "han votado con los pies" huyendo de sus pueblos: son cerca de tres millones los que han buscado refugio en Pakistán. Al no oponerse a esta hemorragia de campesinos, de cuadros, de universitarios e incluso de soldados, la URSS busca apareritemente asegurarse el apoyo de una nueva clase. De momento, empero, la sovietización de los diferentes sectores de la sociedad y el Estado afganos se revela una tarea tan delicada como la pacificación del país. Los soviéticos no han conseguido en ningún momento imponer a Kabul un régimen susceptible de ganarse la simpatía de la población, de poner fin a las luchas sangrientas entre las facciones nivales del partido comunista local, y capaz, de sobrevivir a una eventual retirada del ejército rojo.

La URS S extrae -sin gloria- su serenidad de las debilidades de los que la combaten. El heroísmo de los resistentes, aparte de frisar en la inconsciencia, no amenaza seriamente la presencia militar soviética. La guerrilla queda limitada a ciertas regiones. El régimen de Kabul ha llegado, en efecto, a neutralizar a otros, asegurándose, en ocasiones, el apoyo de algunas tribus. Cada golpe de mano de los guerrilleros provoca represahas más o menos graves que afectan a la población, pero el ejército soviético no se deja arrastrar a una verdadera lucha contra los resistentes. (...)