Alec Nove cree que los dirigentes soviéticos saben que la reforma económica es necesaria, pero difícil
El sistema económico soviético necesita cambios de envergadura, y tanto Andropov como "tal vez algunos de sus colegas más inteligentes, como Mijail Gorbachev (miembro del Politburó), son conscientes de ello", aunque también de las dificultades que implica. Así lo ha señalado el economista británico Alexander Nove, director del Instituto de Estudios Soviéticos y de Europa del Este de la universidad de Glasgow.El profesor británico subraya que los "principales economistas" de la URSS son partidarios de reformas, y, como ejemplo, cita un reciente informe elaborado por una científica del Instituto de Economía de la Academia de Ciencias de Siberia. Entre otros factores negativos de la economía soviética, el informe de la prestigiosa institución señala, según Nove, el elevado cogte de las extracciones de mineral en zonas remotas, la demografía, los problemas de transporte, desproporciones estructurales de varios tipos, debilidad de la disciplina laboral y de los estímulos materiales, así como el efecto del clima en la agricultura.
"El sistema es demasiado complicado para ser dirigido desde el centro, y se necesitan cambios de envergadura. La cuestión es saber si el, centro de poder político puede ser convencido de lo correcto del análisis, y si será capaz de llevar a cabo las reformas necesarias".
Para Nove, el modelo húngaro, "salvando las distancias", es un punto de referencia para quienes quieren hacer más eficaz la economía soviética. "El pirincipio sí es válido, es decir, basar la actividad económica de muchas empresas no en las órdenes recibidas de arriba, sino en las demandas de los clientes. En la actualidad, en Hungría tratan de conseguir un compromiso entre obedecer las órdenes y atender la demanda, lo que es contradictorio".
Si en la URSS no se consigue mayor productividad, dice Nove, "es porque se requiere un cambio que afecta mucho a la estructura de poder y los intereses de miles, incluso de cientos de miles de funcionarios, cuyos actuales empleos pueden llegar a desaparecer. No creo que afecte mucho a los intereses del Politburó.
Por tanto, puedo imaginarme un conflicto de intereses entre la cumbre del sistema político y funcionarios de grado medio. Estos funcionarios son, en muchos casos, miembros del Comité Central y las reformas no pueden emprenderse sin una mayoría en el Comité Central".
EE UU se beneficia de las consecuencias negativas de la carrera de armamentos sobre la economía soviética, pero esto es sólo un "producto colateral" de la rivalidad militar Este-Oeste, que la actual Administración norteamericana ha acelerado "porque creen que la providencia de Dios ha establecido que Norteamérica debe y puede ser superior militarmente, y están convencidos de ello", dice Nove.
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