_
_
_
_
_

Infarto a un condenado a muerte.

Un refugiado cubano, Manuel Quintana, de 30 años de edad, que se encontraba a la espera de ser ejecutado en la silla eléctrica en la cárcel de Richmond (Virginia) y se había negado repetidamente a someterse a una operación a corazón abierto, falleció ayer a causa de un infarto. Quintana había asesinado a una anciana cubana en el campo de refugiados del Estado norteamericano de Pennsylvania en que fue internado tras haber salido de Cuba en 1980 con varios miles de compatriotas.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_