Los niños 'se apoderan' del Salón del Libro Infantil y Juvenil

Cada media hora entra un grupo de no menos de cincuenta niños. Alterados y felices con todo lo que tienen delante, se lanzan a fisgonear y manosear los casi 2.000 títulos de literatura infantil y juvenil que se exponen en la sala del Palacio de Exposiciones y Congresos, donde desde el pasado viernes y hasta el próximo día 18 se celebra el VII Salón Nacional del Libro Infantil y Juvenil.Los organizadores del certamen -Instituto Nacional del Libro Español, con el patrocinio del Ministerio de Cultura y la colaboración de la Comunidad Autónoma- han invitado a participar a los colegios situados en Madrid y su provincia. Con una diferencia de una hora, aproximadamente, desde las diez de la mañana van llegando los alumnos de cada uno de los colegios interesados en participar. La visita infantil se incrementa con la entrada de colegios completos cuya presencia está fuera de programa, pero que los profesores han considerado interesante visitar.

Aluvión

Para atender e intentar controlar el aluvión de niños y niñas (la edad máxima son los 16 años), cuatro funcionarios, todos ellos jóvenes, del INLE, se las ven y se las desean, aunque aseguran que los más tranquilos son los más pequeños, por revoltosos que sean.A lo largo de los 850 metros cuadrados que ocupa el salón, los niños disponen de casi 2.000 títulos diferentes, aportados por más de sesenta editoriales especilizadas en literatura infantil y juvenil. Los cuentos, troquelados, recortables, tebeos están colocados en estanterías, en las que los críos pueden ojear lo que les interesa, y después de ver el número correspondiente a la publicación que han elegido, se desplazan -muchos patinando sobre sus rodillas-hasta el fondo de la sala, donde se les facilita la obra que quieren leer allí mismo.

Otros olvidan las instrucciones de sus profesores y prefieren agarrar un cuento o un tebeo para, sin más preámbulo, sentarse en el suelo y disfrutrar un rato con los cuentos clásicos de Perrault, Grimm, Lewis Carroll o las aventuras de Julio Verne.

La sala contiene prácticamente todos los títulos infantiles y juveniles publicados durante los últimos años. Los instructores del INLE encargados de la exposición aseguran que la preparación de los niños visitantes es considerablemente alta, hasta el punto de que cuando no encuentran un determinado libro se dirigen a ellos dando el nombre de la editorial y el autor de lo que quieren leer.

Pero lo que todos hacen con el mayor interés del mundo es rellenar los impresos que se pueden recoger a la entrada, en los que se plantean a los concursantes unas cuantas preguntas con las que se pretende poner a prueba los conocimientos literarios de los niños. El premio de tres lotes de libros sorteados diariamente entre los participantes constituye un aliciente total para los críos.

La sala de lectura incluye también un apartado destinado a la exhibición de los trabajos de 37 ilustradores y otro a mostrar las obras más destacadas producidas en la histórica editorial infantil de Saturnino Calleja.