La maleta dadaísta de Marcel Duchamp viaja a España

La importancia de Duchamp en el mundo contemporáneo está fuera de toda duda, pues buena parte de su vida (nació en 1887 y falleció en 1968) tuvo la pretensión de trastocar la tradición estética, incluso la más vanguardista del cubismo, para trazar una frontera entre la revolución dadaísta y superrealista y lo anterior. A diferencia de otros innovadores, Marcel Duchamp deseó, conscientemente, partir de cero en el arte, disociar la tradicional relación entre objeto y arte, para dejar libre de prejuicios la mentalidad contemporánea y demostrar que la Gioconda con bigotes o un urinario pueden ser tan objetos artísticos como los originales de sus iniciales creadores. La muestra artística organizada por el Ayuntamiento de Valencia persigue acercarse a la figura del artista a través de los medios que él mismo habría elegido para explicar su trayectoria la maleta viajera diseñada por el maestro del dadá, con 19 objetos y láminas, presentados todos ellos en Valencia en una vitrina, y las filmaciones y vídeos donde habla de sí mismo. En vez de exposición, habría que denominar este hecho cultural como auto presentación o representación cfe Marcel Duchamp.

Ruptura de los esquemas

"Una galería no habría podido traer la maleta", asegura Amparo Bixquert, directora de la Sala Municipal de Exposiciones, "porque rompe con todos los es quemas comerciales. Por esto hemos asumido en el ayuntamiento esta iniciativa, más propia de instituciones que de galerías". Su remitente es el Museo Nacional de Arte Moderno, del Centro Georges Pompidou, de París. Aunque coincide en Valencia con otra exposición de este centro cultural francés, Arquitecturas de Tierra, también organizada por el ayuntamiento, Bixquert asegura que esta doble presencia ha sido resultado de la casualidad. La muestra de Duchamp se inaugura hoy y estará abierta durante un mes. El Instituto Francés de Valencia ha participado en la organización.Junto a la maleta se exponen dos objetos sueltos, la bañera de Cadaqués y el tocadiscos visual, y tres retratos de Marcel Duchamp realizados por su amigo y colega dadaísta Man Ray. La sala de la Casa Benlliure: contará con dos espacios de proyección para visionar una entrevista de media hora, realizada para vídeo en blanco y negro, entre Duchamp y Rassen Connor, y también la única película que realizó el propio Duchamp, acotada por la intervención oral de Eugeni Bonet, sobre Marcel Duchamp y el cinema. A lo largo del mes se producirán otras conferencias, pendientes de confirmación.

Otros vídeos, procedentes de Francia y Estados Unidos, que estarán presentes en Valencia por la mediación del catalán Antoni Mercader, se refieren a una conversación figurada entre el músico John Keit y el dadaísta, con una destacada. presencia musical, que dirige Shigeko Kubotta, y una filmación de Kit Fitzgerald y John Sauforn, de carácter antológico.

"En el recinto de la sala dejamos un espacio vacío y abierto para el que quiera utilizarlo", expresa la directora de la sala. Así se quiere ser fiel a la provocación dadaísta y motivar a participar a estudiantes de Bellas Artes y otros colectivos culturales partidarios del arte no envasado en cuadros o esculturas, con sus propias representaciones.

El objeto hace el arte

La ruptura dadaísta de Duchamp en tiempo de la Primera Guerra Mundial supuso separar el objeto del artista, para resaltar la autonomía del primero, y el carácter de la manipulación del esteta. El fracaso de la guerra, al ponerse de manifiesto el sentido equivocado del progreso empleado hasta entonces, favoreció que el dadaísmo partiera de cero en el lenguaje estético para crear a partir de presupuestos absolutamente diferentes.La preocupación cubista por ordenar la realidad y captarla desde diferentes puntos de vista, preocupación de la que participó al inicio de su trabajo Duchamp, no está presente en el dadaísmo, que se basa en la preocupación por dar valor estético a objetos vacíos como la propia palabra dadá, una voz del diccionario francés cuyo significado lo determinaron posteriormente los precursores de esta ruptura.

La boîte en valise (La caja en la maleta) condensa toda la obra de Duchamp, sus ready-made, su técnica marieé, sus textos humorísticos y objetos cotidianos descontextualizados. Transporta en su interior desde la Gioconda con bigotes, ejemplo de una propuesta demoledora de Duchamp, hasta un urinario del tamaño de una ciruela, que muestra cómo un objeto cotidiano, fuera de contexto, se transforma en admirado objeto de arte por la simple elección e intervención del artista. Incluye una ampolla de vidrio con 50 centímetros de aire de París, una funda de máquina de escribir, reproducciones de pinturas (la más conocida, Desnudo descendiendo una escalera), que diseccionan la figura en movimiento, y otras representaciones dadaístas.

Cuentan los ensayos sobre su obra que Duchamp propuso la geometría del espacio, encargando a su hermana Suzanne, que residía en París, colgara en el exterior de su casa, en el balcón, un libro de geometría. Con estas sorprendentes propuestas, Duchamp afirmó que no existe trabajo de creación en la obra, que el objeto está libre de relación y que sólo cuando el artista le ampara con su firma adquiere la nueva consideración de objeto artístico.