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Abierta en Valencia la exposición de 'Arquitecturas de tierra', organizada por el Centro Gorges Pompidou

La exposición Arquitecturas de tierra, del Centro Georges Pompidou, de París, quedó inaugurada el pasado lunes, tras la visita que realizaron el ministro de Obras Públicas y Urbanismo, Julián Campo, y el presidente de la Generalitat valenciana, Joan Lerma. Organizada por el Ayuntamiento de Valencia en el salón de Columnas de La Lonja, cuenta con el patrocinio del MOPU, Centro Georges Pompidou, diputación provincial y Generalitat valenciana.

Después de su permanencia en España, y tras un periplo por países de Europa y norte de África, Arquitecturas de tierra cruzará el Atlántico para iniciar su ruta americana. Se trata de una exposición que ha despertado gran interés en las ciudades donde se ha presentado a lo largo de los dos años que cuenta, porque integra la tradición de la arquitectura de tierra -en la doble modalidad de adobe y tierra pisada- con su valor moderno, al adoptarse para proyectos actuales por suponer ahorro de energía y reencuentro con los materiales nobles y pobres procedentes de la naturaleza. En el Reino Unido, donde todavía no se ha visto, el catálogo de la exposición es uno de los libros más vendidos.Al menos 10.000 años tiene esta arquitectura, que se empleó en Mesopotamia y Egipto, en las civilizaciones romana y musulmana, y en Asia, entre monjes budistas y emperadores chinos.

Con tierra sin cocer se construyó la torre de Babel, de la que no quedan vestigios, y largos tramos de la muralla china. Siglos después, durante la segunda guerra mundial, también el Ejército norteamericano hizo uso de la tierra para construir presas, almacenes y pistas de aviación, por sus propiedades defensivas.

Jean Dethier, arquitecto responsable de la muestra y adscrito al Centro Georges Pompidou, asegura que no pretende hacer arqueología del pasado. "Hay que tomar conciencia de la raíz histórica conociendo la tradición", afirma. "Pero esta exposición pretende, ante todo, plantear una renovación y nuevo uso de la arquitectura de tierra como alternativa para solucionar la crisis de la energía". Habitualmente se parte, de prejuicios sobre la tierra (pobre, poco resistente, poco sólida), que, en opinión de Dethier, son desmentidos por la propia exposición. "La tierra es un material con el que se han construido viviendas de cuatro o doce pisos, iglesias o edificios públicos resistentes, con gran economía presupuestaria".

En el caso de España, la tierra estuvo presente en obras de los romanos, en la, Alhambra (donde los organizadores quieren reponer la exposición), en la antigua ciudad de Sagunto (Valencia), incluso en proyectos del Ministerio de Obras Públicas de principio de siglo, según atestigua Jean Dethier. "Los más viejos edificios de EE UU fueron realizados en tierra por españoles. El palacio de Santa Fe y la iglesia del mismo nombre, en Nuevo México", asegura el arquitecto francés, que ha trabajado seis años en Marruecos con la ONU.

La exposición subraya la importancia de esta arquitectura en el cambio social operado con la Revolución Francesa, en 1789; el arquitecto François Cointeraux, artífice de casas para tres niveles sociales distintos -obreros, burgueses y aristocracia-, fue el teorizador del uso industrial del adobe y de la tierra pisada. Este combate cultural lo siguió un siglo después el arquitecto egipcio Hassan Fathy.

Arquitecturas de tierra plantea una reinserción actual de las arquitecturas tradicionales en la cultura propia de cada comunidad. "Francia no tiene nada que vender con esta exposición", afirma Dethier. "Propone una polémica para que cada país la adopte".

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