Pérez Villalta presenta su obra de los últimos cinco años
El pintor Guillermo Pérez Villalta, uno de los representantes verdaderamente clave de la figuración española de los setenta y ochenta, presenta desde hoy en la salas Pablo Ruiz Picasso de los bajos de la Biblioteca Nacional de Madrid una visión global de su producción en estos cinco últimos años.En esta antológica Pérez Villabta retorna el hilo en el punto en que concluía su última gran muestra individual (Galería Vandrés, 1979), reuniendo una obra que hasta ahora era sólo conocida de modo fragmentario, aun cuando supone un giro fundamental dentro de su propia evolución.
Pese a la carga narrativa que suele atribuírsele, la obra de Pérez Villalta (Tarifa, 1948) supone ante todo una reflexión sobre los recursos y el sentido de un arte como la pintura, así como sobre la propia naturaleza del artista.
En este sentido, el propio período abarcado por la nueva exposición de Pérez Villalta conduce al espectador desde una fase en la que, en el marco de un análisis más frío, aun dentro de su espectacularidad visual, primaban las investigaciones en torno a las armas específicas de la pintura, hasta otra fase posterior, que corresponde al presente del pintor, donde desemboca en terrenos más subjetivos y pasionales y donde el entrecruzamiento de recursos del lenguaje tiende a hacerse menos explícito en favor de la unidad de impresión de la obra.
Detalles del montaje
El montaje planteado en la exposición hace hincapié en el desarrollo, pormenorizado de esa evolución, y para ello Pérez Villalta ha empleado de modo teatral diversos elementos arquitectónicos (la arquitectura es su segunda pasión creativa), que van dando una clave simbólica del sentido de la muestra y de su contenido.Junto a la obra específicamente pictórica, la exposición reúne ejemplos de otras realizaciones elaboradas por el pintor a lo largo de estos años. Encontrarnos entre ellos proyectos arquitectónicos, diseños, paneles de cerámica... Una última estancia de la muestra reúne el trabajo desarrollado, con motivo de la concesión de una beca de la Fundación Juan March, en la que el pintor retornó la vieja idea del viaje artístico romántico a través de Andalucía.
Babelia
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