El comité hispanó-yugoslavo de hombres de negocios se reúne hoy, en Belgrado
La reunión que inicia hoy en Belgrado el comité hispano-yugoslavo de hombres de negocios intentará impulsar el comercio entre ambos países seriamente frenado por la recesión económica de una Yugoslavia que no quiere comprarle a quien no le compre. La devaluación del dinar, que en 1980 estaba a 20 por dólar y ahora ha bajado a 100, es un elemento a favor de los exportadores yugoslavos, que corren su maratón contra la inflación (50%-60% este año) supervisados por el Fondo Monetario Internacional.Durante los seis primeros meses de este año España exportó a Yugoslavia por valor de unos 20 millones de dólares (unos 300 millones de pesetas), habiendo comprado en este país por cerca de 19 millones de dólares, cifras muy inferiores a las de hace tres y cuatro años.
Factor importante de la crisis comercial hispano-yugoslava es la disminución de la demanda yugoslava de aceites de soja españoles, al haberse impuesto una excelente oferta estadounidense de soja a créditos muy favorables.
Se ignora la razón de que Adrián Piera, presidente de la Cámara de Comercio de Madrid, haya renunciado en el último momento a venir a Belgrado. La delegación estará presidida por Ramón Ametllie, vicepresidente del comité bilateral y presidente de la empresa Eximtrade.
Probablemente en diciembre se reunirá la comisión mixta hispano-yugoslava, esperando ambas partes que para entonces Ensidesa haya cobrado los casi 10 millones de dólares que le adeudan empresas yugoslavas. Existen promesas firmes `de que la cuestión se solucionará en breve. Por su parte, la República de Montenegro ve cada vez más lejano el día en el que podrá realizar el prometido crédito español de unos 20 millones de dólares, como ayuda por el terremoto de 1979. Argumento español: insuficiencia de avales y garantías.
León Herrera, jefe de la oficina comercial española en Belgrado, veía en la creación en España de empresas comercializadoras un factor importante de progreso del intercambio comercial en casos como el hispano-yugoslavo. "Los yugoslavos no quieren comprar sin vender, y es muy difícil que un exportador español de naranjas sepa dónde podrá colocar los tubos que se le ofrezcan".
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