Los Presupuestos para 1984 colapsan la iniciativa privada, según Alianza Popular
El proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para 1984 elaborado por el Gobierno muestra una total incoherencia con el plan macroeconómico presentado por el Ejecutivo, según manifestó ayer Abel Matutes, uno de los portavoces en temas económicos del Grupo Popular. Para el principal partido de la oposición, los Presupuestos son un elemento grave de preocupación porque tienden a colapsar la actividad privada, como consecuencia del excesivo protagonismo del sector público.
El peso del sector público en el conjunto de la economía, cifrado en el 40% por los responsables de Alianza Popular, es uno los problemas mayores con los que se encuentra la sociedad española. Los cálculos ,efectuados por este partido señalan que el incremento del gasto público previsto para 1984 será del 20%, lo que significará -si se curnplen las previsiones de inflación- un incremento del 105/ en término reales.Abel Matutes señaló, en el transcurso de una conferencia de prensa celebrada ayer, que el Gobierno trata de compensar este importante incremento del gasto público mediante un nuevo incremento de la presión fiscal y el mantenimiento de un importante déficit público que no hace sino hipotecar el futuro de la sociedad.
El representante del Grupo Popular señaló que la única alternativa posible de reducción del déficit pasa por una disminución del gasto público, en especial de todo aquel que no seemplee en generar inversión nueva, y que esto es precisamente lo que no hace el proyecto presentado por el Gobierno, socialista.
Abel Matutes, aunque no, concretó ninguno de los gastos que en su opinión deben congelarse o descender en términos reales, señaló que era posible reducir el déficit público en un punto y medio o dos puntos anualmente, en lugar del modesto 0,5% que se propone el Gobierno.
El mantenimiento de un elevado volumen de déficit del sector público sólo provoca, en opinión del portavoz aliancista, un crecimiento desmesurado del endeudamiento de la Administración, al que tendrán que hacer frente las generaciones, venideras cuando se tenga que pagar y devolver la deuda española. Además, la ausencia de una lucha real contra dicho déficit obligará a mantener muy elevados los tipos de interés del dinero, lo que provocará una retracción mayor de la actividad privada.
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