La Universidad Menéndez Pelayo deja en Sevilla un aire de debates abiertos y de cultura desenfadada
La Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) deja en Sevilla una nueva visión, desenfadada y fresca, de la cultura, una estela de debates abiertos y una animación recuperada en el barrio de Santa Cruz, escenario de sus actividades. Un total de 2.500 alumnos ha asistido a sus cursos, conferencias y actividades culturales. El ensayo ha tenido un resultado muy positivo, a pesar de que los fallos no han faltado, y el año próximo la UIMP volverá a Sevilla y extenderá sus actividades a Ronda. Otras ofertas para ampliar su campo en Andalucía no podrán ser atendidas por el momento.
El aire alegre y desenfadado de los hombres de la UIMP contrastaba, de entrada, con la actitud de recelo de quienes hasta ahora representaban los círculos de la cultura oficial de la ciudad. La presencia de aquéllos en la casa de Los Pinelo, sede de las clásicas reales academias, pareció que, en principio, podría crear recelos entre la vieja cultura oficial. En algunos momentos se ha producido cierta incomprensión, nacida de un sentimiento de rechazo de quienes se podían sentir desplazados por la llegada de la UIMP, pero al final el problema se ha resuelto con buena colaboración por ambas partes.Por lo demás, la UIMP ha conseguido hacer realidad el proyecto de su rector, Santiago Roldán, de "mezclar ilusión y realidad", de hacer de la cultura algo asequible. No ha aportado conferencias ladrillo presentadoras de una realidad cerrada, sino que ha propuesto puntos de vista nuevos y distintos de los temas que ha abordado, en busca de la apertura de un debate, del nacimiento de una inquietud investigadora.
Al mismo tiempo, ha llevado a los universitarios temas tan lejanos de la Universidad clásica como Tauromaquia y cultura, uno de los siete seminarios que han constituido la espina dorsal de su actividad sevillana.
Símbolo de esa revitalización cultural propuesta por la UIMP y aceptada de buen grado por la ciudad ha sido la revitalización del barrio de Santa Cruz, uno de los rincones más bellos de España, últimamente perdido para el disfrute de los sevillanos. La invasión turística durante el día y el miedo nocturno al paseo por sus calles peatonales, donde de cuando en cuando se daba algún acto delictivo, habían ido alejando a los sevillanos de este barrio. La UIMP instaló su sede administrativa en la Casa de Murillo y desarrolló sus actividades lectivas en la casa de Los Pinelo. Ambos edificios están en el barrio de Santa Cruz, que se ha visto poblado, día y noche, por una muchedumbre de jóvenes universitarios que han permitido ver lo que era y debe volver a ser el barrio.
Actividades paralelas -como los conciertos, dos de flamenco, dos de música barroca y dos de rock, el descenso del Guadalquivir o la fiesta campera- han contribuido a presentar la actividad universitaria como parte de un todo vitalista y comunicativo, que contrasta con la idea de la cultura encerrada en un aula. En ese sentido, Santiago Roldán expresaba ayer mismo, minutos antes de cerrar su estancia en Sevilla, aspirando el aroma de buen toreo de Manolo Vázquez, su esperanza de que la UIMP haya creado un revulsivo provechoso para la ciudad.
El año que viene volverá la UIMP a Sevilla, con una o dos semanas más que éste y un presupuesto más elevado. Extenderá sus actividades a Ronda, cuyo alcalde, Julián de Zulueta, quiere salvarla por medio de un turismo de calidad, y considera vital el ir creando poco a poco allí un centro de actividades universitarias. Un seminario de una semana sobre los viajeros románticos es la idea feliz para la presentación en Ronda. Córdoba, San Roque, Cádiz, Moguer y Granada se han interesado también por la posibilidad de que la UIMP les ofrezca su apoyo en iniciativas ya en marcha, o bien que cree nuevas iniciativas culturales, pero por el momento no será posible. Roldán se ha tenido que excusar ante ellas: "Tenemos una plantilla de 35 o 40 personas y no podemos llegar a todas partes".
Babelia
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