El británico William Golding recibió el Nobel de Literatura, por su obra, 'iluminadora de la condición humana'
Lundkvist, miembro del jurado, disiente de la decisión de sus compañeros
William Golding, escritor británico de 72 años de edad, recibió ayer la noticia de la concesión del Premio Nobel de literatura -dotado con 28. 500.000 pesetas-, en su residencia de Ebble Thatch, en Bowechalke, un pequeño pueblo de la cam ifia inglesa, en el condado de Wiltshire, no lejos de la ciudad de Bath. Este es el decimosexto galardón que se concede a un escritor de habla inglesa y el primero desde Winston Churchill, hace 30 años. La Academia Sueca anunció el premio calificando la obra de Golding como Muminadora de la condición humana en el mundo de hoy". También dijo que sus obras son "divertidas y excitantes". Luadkvist, miembro del jurado, disintió de la decisión.
Arthur Lundkvist, poeta sueco, miembro del jurado de la Academia, que el pasado año intervino decisivamente en la concesión del Nobel a Gabriel García Márquez, disintió de la decisión de sus compañeros y dijo públicamente, en declaraciones recogidas por agencias internacionales, que el nuevo Nobel es "un fenómeno inglés sin interés particular. Nadie aprecia la obra de Golding", añadió el académico, que tiene una larga relación con la literatura española. Según Lundkvist, no ha habido unidad en la Academia. "La mayor parte de los miembros nadan a favor de la corriente. A mí eso no me gusta. Cada uno debe tener su propia opinión y defenderla".Lundkvist explicó que, en una primera votación, que se suponía iba a ser la definitiva, Golding contaba con siete votos, el escritor francés Claude Simon -al que apoyaba Lundkvist- con cinco, y los otros seis votos estaban repartidos. En una segunda votación, realizada en ausencia del académico sueco, Golding volvió a ganar por una mayoría no especificada, actuación que Lundkvist calificó como "un golpe" ya que no tuvo ocasión de votar nuevamente.
Las reglas fijadas por el fundador de los premios, el inventor sueco Aldred Nobel, establecen que las deliberaciones de la Academia deben ser secretas.
Golding sólo había sido alertado de la posibilidad de ser premiado con el Nobel de Literatura a primera hora de la mañana, cuando un periodista sueco le llamó por teléfono y le comunicó que estaba entre los finalistas y con muchas posibilidades de ganar.
Poco después, a la una del mediodía, el propio escritor oyó la noticia en la radio y su primera reacción fue de incredulidad. En sus primeras declaraciones aseguró que no había tenido tiempo de reaccionar por lo inesperado de la noticia.
Ante las múltiples felicitaciones procedentes de todas las partes del mundo, el novelista fue haciéndose a la idea. "Estoy encantado", dijo. "Creo que cualquier persona lo estaría en un caso así. La posibilidad de que me dieran el premio no estaba en mi mente. Yo pensaba que iba a ganar el escritor de origen hindú V. S. Naipaul o Doris Lessing", declaró ayer a El PAIS. Más tarde, el escritor salió a dar un gran paseo a caballo para "asimilar la noticia". Aprendió a montar hace 18 meses, cuando tenía 70 años.
William Golding quiso ser escritor desde los siete años y hoy, preguntado sobre si este galardón es un aliento para seguir escribiendo, ironizó: "A los 72 años, cuando uno ha estado escribiendo desde los siete, ya no necesita aliento alguno, las cosas salen automáticamente de la pluma".
Con el tono de ingenuidad que caracteriza muchas de sus obras -el otro es el pesimismo-, el escritor comentó: "¿Por qué me han dado el premio? Ah, esto habrá que preguntarlo a los jurados. Será que creen que soy bueno...".
La obra que le encaminó hacia el Premio Nobel, según los críticos, fue Ritos de paso, también traducida al castellano en 1982 y publicada hace tan sólo tres años.
Golding sigue escribiendo y en la actualidad realiza los preparativos de su próxima obra, de la que ayer no quiso hablar "porque sólo está en sus albores".
Poco conocido en España
Golding es un autor poco leído por los escritores españoles, pese a que la mayor parte de su obra ha sido traducida y editada en castellano o catalán. Escritores como Cela, Buero Vallejo o Torrente Ballester no le han leído y otros no se han interesado particularmente por su obra. A Francisco Ayala El señor de las moscas no le pareció "gran cosa" y cree que es un escritor de cierto auge entre los adolescentes.
Para otros autores, como el uruguayo Juan Carlos Onetti, El señor de las moscas es "una obra muy hermosa y admirable". "La leí hace años y todavía recuerdo la belleza del ambiente en que se desarrolla".
Babelia
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