Arturo Azuela: "Escribir es un pacto con la soledad"
Dentro del marco de Liber 83, el escritor mexicano Arturo Azuela, 45 años, presenta hoy su última novela, La Casa de las Mil Vírgenes, editada por Argos-Vergara. Para Azuela, que a lo largo de toda su obra -El tamaño del infierno, Un tal José Salomé y Manifestación de silencios son las novelas que anteceden ésta de ahora- se ha dedicado a reflejar un mundo en desapancion, puesto en crisis por el crecimiento imparable de la ciudad monstruosa, "escribir es un pacto con la soledad". A ese pacto le condujo un lento y complicado camino en el que hubo de todo, desde una frustrada vocación de violinista hasta el ejercicio del periodismo.
Según Arturo Azuela, cada una de sus novelas ha sido "un trabajo de romanos. Porque no solamente estaba el acto de la creación, la metamorfosis de la realidad, el juego del lenguaje, sino también un enorme trabajo de investigación, casi de historiador".Músico, articulista y ensayista, licenciado en matemáticas e historia de la ciencia, historiador, profesor en la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de México, Arturo Azuela es, según sus propias palabras, un. novelista tardío. "Yo empecé a escribir novela hace 10 años, a los 35, y ver que podía hacerlo fue un descubrimiento deslumbrante. Porque primero fui un violinista frustrado, y de ahí pasé de una vocación a otra, y, fíjate, a lo largo de todos esos años, inconscientemente, fui escribiendo mi primera novela... Para mí, el periodismo que practiqué durante muchos años fue fundamental. Me dediqué a la divulgación cientítica, pero lo más importante es que aprendí a dialogar con las teclas de la máquina".
"Como te decía", prosigue, "fui escribiendo esa primera novela sin darme cuenta, de una manera oral, una cosa muy de comunicarme con los amigos. Se títula El tamaño del infierno, y es la historia de una familia de origen rural que se refugia en la ciudad de México después de la revolución, y entonces se produce la diáspora. Y esto lo conté mucho, y cuando me senté a escribir, la hermosa cosa que me sucedió, y que nome había ocurrido ni con la música ni con las matemáticas, fue que empecé a escribir con una gran naturalidad, con una gran fluidez. Eso fue maravilloso, como una revelación sensacional. Y estos últimos diez años han sido buscar y buscar".
Un fresco urbano
Porque tiene metas a largo plazo en la literatura, Arturo Azuela, que es un hombre entrecano, de rostro campesino, se ha andado con cautela a la hora no sólo de escribir, sino de irrumpir en el mercado. Esta visita a España la hace ya con la seguridad que le dan cuatro libros y un largo aprendizaje detrás. Su obra, hasta ahora y en cada título, es la crónica de la destrucción de un mundo, de una forma de vida, vista desde distintos ángulos. Si en su primera novela mostraba la disolución de un núcleo familiar en la ciudad enorme, en la segunda, Un tal José Salomé, describía la absorción por la urbe de un pueblo que acaba convertido en barrio marginal; Manifestación de silencios, la tercera, es una novela dedicada al 68 mexicano, una novela muy política, pero de personajes completamente urbanos. Y la cuarta novela iba a ser, no ésta que ahora presento, sino una que estoy terminando ahora, Avenida de Insurgentes, sobre la historia de esa avenida".
Porque, al parecer, La Casa de las Mil Vírgenes fue una sorpresa incluso para él mismo. "Es la primera que surgió sin que yo la previera, sin ningún plan determinado. Primero salió como una historia de adolescentes, fruto de mis conversaciones con mis hijos, de mis recuerdos de cuando tenía su edad y la confrontación con la generación actual; luego fui al barrio en donde crecí para refrescar la memoria, y allí surgió el personaje que es la contrapartida, el que vivió el tiempo pasado, el hombre pobre, el hombre obrero; y después, un tercer personaje, el aristócrata. Uniendo todo eso surgió La Casa, que no existió en realidad, que es la suma de muchas casas que existieron".
Quiere escribir, en el futuro, una novela dedicada a México y España. "Lo que me ha pasado con España, país al que he venido muchísimas veces, es que se me rompen los marcos de referencia; siempre me encuentro con nuevos enfoques, o con cambios verdaderamente extraordinarios, y tengo que tomármelo con calma". De momento, se va a enseñar a París durante seis u ocho meses. "Porque la docencia es también una gran vocación, no con esa carga mágica, mística, tan desgarradora que ha tenido la literatura, que es además un pacto con la soledad".
Su abuelo, el escritor y revolucionario Mariano Azuela, no influyó en él literariamente: "Pero su presencia fue tnuy importante en los primeros dieciséis años de mi vida, porque la nuestra fue una relación idílica en el aspecto humano, y me enseñó mucho. Era médico, especialista en enfermedades venéreas, y era encuadernador, y era carpintero. Nosotros descubrimos tardíamente que era escritor".
Habla de la crisis económica de México. "Pero aún peor que es la falta de confianza, la falta de fe. No hay credibilidad en las instituciones, y eso si es muy grave, porque un sistema. como el mexicano, que a pesar de todo, muy laberíntico, muy difícil, pero que es un sistema inteligente, que se ha renovado, que ha tenido grandes alcances sociales, que se ha mantenido estable durante más de medio siglo... Yo creo que se está poniendo en crisis por esta falta de credibilidad. La desesperanza. Por ejemplo, mi padre, que participó en la revolución, murió hecho un escéptico, igual que ahora lo son mis hijos. Yo pertenezco a una generación intermedia, privilegiada en muchos sentidos, que vivimos un nacionalismo muy positivo, un rescate de los valores nacionales prehispánicos, y también del virreinato, y el contacto con los exiliados, que tuvimos universidades magníficas... Nosotros tenemos suerte".
Ve con esperanza a las nuevas generaciones de novelistas españoles, y está contento de que la presentación de su libro -que correrá a cargo de Carlos Barralse celebre en el recinto de Liber 83, manifestación que le parece muy importante para que España se ponga, editorialmente hablando, a la altura de otros países europeos.
Babelia
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