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RELIGIÓN

Los asistentes al congreso de teología piden desmilitarizar a los capellanes castrenses

En un comunicado del III Congreso de Teología Cristianos por la paz, que finalizó ayer con una intervención del filósofo Gialio Girardi, se pide a la jerarquía eclesiástica una toma de postura en favor de la paz y el desarme, "como ya han hecho los episcopados de otros países". Durante la última sesión del congreso la práctica totalidad de los asistentes, unas 1.200 personas, firmaron un documento en el que se pide la desmilitarización del clero castrense "como contribución de la Iglesia española a la causa de la paz, y por fidelidad a la pureza del Evangelio, liberado de adherencias extrañas".

Los firmantes piden también a Jose Manuel Estepa, vicario general castrense, que, "como obispo de la Iglesia de Jesucristo y sucesor de los Apóstoles, que no fueron militares, renuncie a la graduación de general de división del Ejército". También se solicita "que todos los sacerdotes que prestan servicios religiosos en los cuarteles renuncien a su categoría de oficiales, pues los grados militares impiden la credibilidad de los ministros-servidores de la paz". El documento pide a la Conferencia Episcopal española "que prohiba la presencia de armas en las misas y los honores militares al Santísimo Sacramento para salvaguardar el estricto significado salvador y pacificador de la Eucaristía.Tras la pastoral de los obispos americanos contra el peligro nuclear han sido escasos o casi inexistentes los pronunciamientos oficiales de otros episcopados respecto a este tema. "Los obispos de mi país", dijo Virgilio Elizondo, asesor de origen hispano de la Conferencia Episcopal norteamericana, se han preocupado mucho por el tema del desarme y se han molestado en documentarse con científicos y especialistas para poder responder con éxito a los argumentos de la administración Reagan, que intenté rebajar la dureza del contenido de la pastoral. Prelados como el de San Francisco tomaron así conciencia de lo que verdaderamente significa una guerra nuclear y de la incidencia real y sin cuento que ésta tendría en la población".

Críticas conservadoras

El mensaje oficial del Congreso, dirigido a los cristianos, a la jerarquía y a los gobernantes, denuncia la carrera de armamentos y la actual división del mundo en bloques militares y alerta ante "la grave dinámica de miedo, desconfianza, amenaza y violencia sobre la que se quiere construir una paz entendida como simple coexistencia y equilibrio de terror". Este encuentro de cristianos ha sido criticado desde sectores conservadores por incluir entre sus participantes a personas como Tomás Borge, ministro del Interior de Nicaragua o la escritora Eva Forest, que participó en una mesa redonda sobre La paz en Euskadi junto a representantes del PSOE y el PNV. "Los mas recalcitrantes", según uno de los organizadores, "han llegado a calificarlo a través de la prensa como una maniobra marxista, o nos han llamado teólogos de la pólvora por traer a Borge. Bajo una foto de un grupo de religiosas clarisas asistentes al congreso se ha llegado a poner una información en la que se decía que, entre los participantes, se encontraban ex terroristas."Una de las facetas más destacables y renovadoras de este Congreso" dijo Juan José Tamayo, teólogo de la asociación Juan XXIII, "es que supone el inicio de una reflexión colectiva ante un tema, como es el de la paz, que golpea la conciencia de los cristianos y sobre el cual no se ha mostrado una preocupación suficiente en los últimos tiempos. Es también un punto de partida para la militancia efectiva de los cristianos en los movimientos por la paz y el desarme. Si entendemos lo religioso como un movimiento emancipador que conduce a la tolerancia hemos conseguido que lo religioso se haga presente con una entidad propia dentro de la sociedad secular y que, al mismo tiempo, aporte algo a éste proyecto democrático y pluralista que queremos construir".

Por primera vez un congreso de Teología, autofinanciado y sin ningún tipo de ayuda eclesiástica o estatal, ha tenido, un carácter interdisciplinario al contar con la participación de expertos en Economía, temas militares, políticos, filosóficos o educacionales. Esto, según la organización, ofrece la posibilidad de escuchar a intelectuales y expertos para que expongan los datos que aporta el mundo real. "El teólogo hace así una reflexión desde la fe a partir de la propia realidad, lo que supone una renovación que libera a la teología de esa tendencia a encerrarse en sí misma al margen de los contextos históricos, sociopolíticos y económicos.

Entre los temas objeto de un próximo congreso se adelantan, entre otros, "los derechos humanos dentro de la iglesia", "las relaciones jerarquía teología", la reconciliación" y "la presencia de la Iglesia en una sociedad democrática".

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