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El manuscrito de 'La familia de Pascual Duarte', de Cela, se convierte en una cuestión de honor

El destino final del manuscrito de La familia de Pascual Duarte, reclamado por su autor, Camilo José Cela, y por la Diputación Regional de Cantabria se ha convertido en una cuestión de honor y va a ser resuelto por los, tribunales de justicia. Los años transcurridos desde la muerte de José María de Cossío, en octubre de 1977, no han sido suficientes para que se lograra un acuerdo capaz de poner fin a la llamada guerra del manuscrito. Ahora, seis años después, las acusaciones entre ambas partes se han recrudecido.

La reclamación administrativa previa a la vía judicial presentada por los abogados de Cela, Alejandro Rebollo y Fernando Castedo, el 6 de agosto en la Diputación de Cantabria, no tendrá respuesta hasta que se pronuncien los jueces, según Ramón Teja, consejero de Cultura del organismo. Sin embargo, José Ramón Saiz, portavoz de la comunidad autónoma cántabra, ha declarado a Efe que Cantabria no está dispuesta a permitir la salida del manuscrito porque tras él está el interés de una universidad americana para adquirirlo. Sobre los juicios que acerca de sus intenciones han emitido autoridades cántabras, Cela se limitó a decir a este periódico: "Han perdido los nervios pero su actitud no me llevará a mí a perder la compostura en un pleito que está sub judice. La última palabra será del juez, y yo no tengo nada que comentar. La guerra sucia no va con mí manera de ser, y al uso de armas prohibidas respondo con las dos que la sociedad me brinda: la serenidad y la ley".Mientras tanto, el manuscrito permanece en la Casona de Tudanca de Santander custodiado por el conservador del centro, Rafael Gómez. Precisamente, una de las novedades de la reclamación judicial de Cela está en las cartas que le envió el conservador de la Casona de Tudanca. En estas cartas no se niega la existencia de los documentos de Cossío en los que decide que la propiedad del manuscrito es del hijo mayor -de Camilo José Cela, pero que él -Cossío- lo conservará en depósito hasta su muerte.

La carta de Rafael Gómez tiene fecha de 31 de mayo de 1979 y en ella dice textualmente a Cela que "según las cartas que yo conservo aquí de usted y según la xerocopia que ahora me envía, está todo muy claro. No entro tampoco, ni yo sería partidario, en cuestiones jurídicas. Es una cuestión de honor...".

En otra carta posterior fechada el 16 de noviembre del mismo año, incluye párrafos en los que reconoce la seriedad de las pretensiones de Cela.

La conflictiva historia comienza en 1941, cuando Cela regala a José María de Cossío el manuscrito de Pascual Duarte. El regalo fue una prueba de agradecimiento de Cela al autor de Los toros, coleccionista de manuscritos, quien se había interesado en la edición de la novela.

20 años más tarde, el 3 de septiembre de 1961, Cela escribe a Cossío una carta en la que le pide que regale a su hijo, Camilo José Cela Conde, el original de Pascual Duarte. Un mes tarda en contestar Cossío, y el 2 de octubre responde por fin con una carta escrita a máquina (uno de los pocos casos en que no escribe a mano su correspondencia) y dice: "No tengo razón para ocultarle que me disgusta profundamente su petición, y en ello no puede usted ver sino la estima subidísima en que tengo el manuscrito y a su autor, y un poco también la vanidad de exhibir una amistad que tanto me satisface y me honra, al mostrarle a mis amigos. Se me ocurre una fórmula con la que se cumplen sus deseos, que comprendo y alabo, y es la de que ese autógrafo vuelva a usted y a su hijo al faltar yo... Yo dejaría con el autógrafo una papeleta de mi puño y letra haciendo constar que tal manuscrito lo tengo en depósito y es propiedad de su hijo. Aparte de ello le daría un breve documento que le autorizaría a retirarlo y reclamarlo como suyo, pues desde este momento lo es... Si esta solución desplace su impaciencia o la de su hijo, desde luego se lo enviaría inmediatamente...".

La propuesta de José María de Cossío fue aceptada y agradecida por Cela, de forma que cuando parece que ambos consideran solucionado el asunto, Cossío envía una nueva misiva, el 9 de octubre de 1961, a Camilo José Cela, en la que afirma que "en la caja en que guardo el manuscrito he depositado un papel que, textualmente, y de mi mano, dice: este manuscrito de La familia de Pascual Duarte, lo tengo desde hoy, nueve de octubre de 1961, en depósito, siendo su propietario Don Camilo José Cela Conde, a quien debe entregarse el día que yo falte".

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