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Entrevista:

Para Tomás Borge, la opinión pública de EE UU es decisiva para frenar la guerra en Centroamérica

Pregunta. ¿Cuál es hoy la situación interna en su país?Respuesta. Nicaragua está desplegando esfuerzos para evitar que se complique más aún la situación en Centroamérica. Estos esfuerzos se canalizan a través de las conversaciones de Contadora. Desarrollamos también relaciones bilaterales y contactos no oficiales con congresistas norteamericanos, ante los cuales Nicaragua insiste en sus planteamientos de paz para lograr un entendimiento pacífico y un arreglo negociado.

Ayer mismo (por el lunes), nosotros denunciamos ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas los bombardeos de que ha sido víctima nuestra nación por parte de aviones procedentes de territorios vecinos. Al tiempo que denunciamos estas agresiones, insistimos en nuestro espíritu flexible. Nicaragua es un centro de paz y de búsqueda de la paz para Centroamérica.

RAFAEL FRAGUAS, Madrid

T., Madrid

P. Se ha referido a contactos entre nicaragüenses y norteamericanos. ¿Podría detallarlos?

R. En Managua ha estado Richard Stone, a quien reiteramos nuestra invitación para que vuelva. Henry Kissinger visitará Nicaragua en los próximos días. Esperamos que estos contactos sirvan para ir poco a poco evitando la contienda.

Independientemente de esto, nosotros sabemos que sólo la opinión pública norteamericana puede detener el proyecto político concreto del Gobierno de Ronald Reagan de intentar destruir nuestra revolución. Somos optimistas. Estamos seguros de que nuestra revolución es irreversible y de que nadie va a derrotarla. Estamos dispuestos a pagar el precio que sea necesario por defenderla.

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P. ¿En qué medida las maniobras conjuntas que se desarrollan en Honduras y en el mar, junto a Nicaragua, influyen hoy sobre la situación interna de su país?

R. Influyen en la medida en que cohesiona más a nuestro pueblo en la defensa de la patria, fortalece más la moral popular y neutraliza la actividad política adversa a la revolución. En Nicaragua, aquél que no está por la defensa de la patria está contra la patria. Esto no es una amenaza ni una medida coercitiva, sino una mera cuestión de vergüenza, de dignidad nacional.

Se ha especulado sobre la posibilidad de que nuestras decisiones audaces sobre la paz pudieran obedecer a estas presiones militares que recibimos desde afuera. Eso es falso. El 19 de julio formulamos nuestra política de paz, que no es más que una continuación de nuestra tradicional política pacífica, elaborada durante cuatro años de revolución.

P. ¿De qué depende la generalización o no de la guerra en América Central?

R. Depende de las presiones que reciba Ronald Reagan de su propio pueblo, de los congresistas y senadores norteamericanos, de la opinión pública de Estados Unidos, de la de Occidente y de la del mundo. También depende de nosotros, ya que cualquier signo de debilidad por nuestra parte puede desencadenar una agresión de nuevo tipo contra nosotros.

Los golpes que hemos dado a la contrarrevolución armada pueden conducir a nuevas opciones como, por ejemplo, que se decida que el Ejército de Honduras intervenga directamente en nuestro país. Si no se logra neutralizar políticamente la voluntad del Gobierno de Ronald Reagan de liquidar nuestra revolución, la agresión puede escalar nuevos niveles. Por eso nosotros adoptamos medidas de disuasión, desarrollamos nuestra defensa armándonos y preparándonos para la guerra.

P. ¿,En qué medida afecta a la estabilidad de la revolución nicaragüense el ritmo de la revolución en El Salvador y Guatemala?

R. La revolución nicaragüense cambió la geografía política de toda Centroamérica y la lucha revolucionaria en El Salvador se vió influenciada por este hecho. Debo decirle que si esa lucha significa problemas para Nicaragua, bienvenidos sean, los aceptamos contentos y felices. Incluso muchos de los problemas que sufrimos se deben al desarrollo de la lucha armada de los revolucionarios de El Salvador.

El desarrollo de esta lucha obedece a las condiciones objetivas y subjetivas del proceso revolucionario salvadoreño, nada hemos tenido que ver directamente en ese proceso. Existe un proceso natural de desarrollo revolucionario en Centroamérica. Hay un parto revolucionario legítimo, natural. No habrá "cesárea".

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