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Consecuencias de las inundaciones en el norte de España

La 'operación azul' intenta recuperar cientos de bidones tóxicos arrastrados al mar por la riada

Pese a existir serias discrepancias, según sean unas u otras las fuentes consultadas (Departamento de Medio Ambiente del Gobierno vasco, Gobierno Civil y la empresa en que se encontraban almacenados), en cuanto al número de los bidones de cianuro (sódico y potásico) que han sido recuperados en las playas y costas vizcaínas en los últimos días, ya que mientras unos señalan que son 105 (Gobierno vasco), otros (Gobierno Civil) apuntan que no llegan a 90, todos coinciden, sin embargo, al afirmar que costará mucho tiempo y esfuerzos la recogida de los recipientes.Incluso se teme que pueden ser muy pocos los bidones llenos que se recojan, habida cuenta del tiempo transcurrido tras las inundaciones. Igualmente coincidían en señalar que, en contra de lo manifestado por determinados medios de comunicación franceses, que proporcionaban la cifra de varios cientos, son únicamente 23 los bidones de cianuro recuperados por las autoridades marítimas galas en los 50 kilómetros de playas vascofrancesas y en las landas. Bidones que, por otra parte, serán devueltos por el Gobierno francés en las próximas horas.

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Seis unidades de la Armada española, 20 equipos de buceadores y dos helicópteros, así como numerosos vehículos y unas 250 personas contratadas por la Diputación de Vizcaya participan en la denominada operación azul de recogida de éstos y otros recipientes, algunos de los cuales contienen ácido sulfúrico y fosfórico, en el litoral vizcaíno. Éste, como señalaba un concejal de Getxo, se ha convertido en un inmenso cóctel al que han ido a parar, como consecuencia de la tromba de agua, los productos químicos más modernos, y nadie sabe lo que puede salir de ahí ni tampoco cuándo la gente se podrá bañar en las playas o simplemente pescar.

Los bidones recogidos en el mar, o bien en las playas y costas, son depositados en el denominado Puesto de Mando Avanzado (Puma), ubicado en la playa de Ereaga, cercana a Bilbao. Allí los de cianuro son cubiertos con bolsas de plástico blancas, encima de las cuales se coloca una banderita roja, y trasladados a otro punto alejado de la playa. Para el manejo de las sustancias más peligrosas -especialmente las de cianuro, producto que con un ácido bloquea las células del organismo provocando la muerte instantanea por su inhalación-, que actualmente realizan varios técnicos, se espera también la llegada a Bilbao de una sección compuesta por unas 50 personas de la compañía Atómico Bacteriológica Química (ABQ). El trabajo de estas personas se realiza rodeado de fuertes medidas de seguridad en lugares apartados de la playa.

Pero, pese a las fuertes medidas de vigilancia adoptadas y a la prohibición expresa del Gobierno vasco para que nadie se bañe en las playas o pesque en la costa, son numerosas las personas que haciendo caso omiso a esta decisión han acudido a la zona donde se hallan recogidos los bidones de cianuro para su traslado a Guipúzcoa, con el fin de apoderarse de objetos de interés como pueden ser bombonas de butano o simples latas de aceite, o bien por simple curiosidad. Ninguna de ellas había sufrido ningún tipo de intoxicación, pese a que algunas de estas, personas, según denunciaba a este periódico el viceconsejero de Medio Ambiente del Gobierno vasco, Maren Leizaola, había llegado incluso a manipular los bidones, "y eso sí que es realmente peligroso. Por lo demás", dijo, "no hay problemas, ya que la situación está bajo control, que no es lo mismo que decir que esté resuelta".

"Conocemos", continúa el viceconsejero de Medio Ambiente, "de dónde proceden los bidones y cuántos son aproximadamente, y los estamos recogiendo, pero lo grave de esto es que todavía haya personas, con la peligrosidad que entraña, que estén manipulándolos. Eso sí que es peligroso. Salvo manipularlos, no hay nada que temer, porque si ha ocurrido algo con los bidones que se encuentran vacíos eso fue durante la riada".

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Metros de barro

Los responsables de la empresa Sida, SA, que desde el primer momento notificó la desaparición, como consecuencia de la riada, de los peligrosos bidones almacenados en sus instalaciones y cuyo número podría ascender a unos 280, se han comprometido a manipular y recoger todo el cianuro que se recupere. Maren Leizaola destacó, en este sentido, que los directivos de la empresa habían dado, desde el primer momento, toda clase de facilidades al Departamento de Medio Ambiente del Gobierno vasco para solucionar el problema. No obstante, tanto los responsables de la factoría como los trabajadores, si bien han reconocido que la riada se llevó bidones almacenados en sus instalaciones, eso había sucedido también en otras empresas, e incluso, dijeron, a algunos de nuestros clientes.La empresa Sida, instalada desde hace algo más de 30 años a escasos metros de la ría bilbaína, en el barrio de La Peña, sin duda uno de los más afectados por la riada, se halla próxima a varios bloques de pisos. En ella trabajan 30 personas,y su estado actual es, tras las inundaciones, desolador, ya que buena parte de los productos almacehados se los llevó la riada, y porque sus instalaciones están cubiertas por casi dos metros de barro. Los daños todavía no se han evaluado, ya que es imposible hacerlo hasta tanto no se logre retirar el inmenso lodazal de la fábrica.

"La mayor parte de los productos almacenados -destinados a la galvanotecnia- se encontraban situados en plataformas de más de metro y medio de altura para evitar -si se producían- posibles inundaciones, aunque una catástrofe de esta naturaleza nadie la podía prever", manifestaron dos de los trabajadores. "Era inimaginable", recalcaron, "que el agua alcanzase aquí más de 10 metros sobre el cauce normal de la ría, por lo que tampoco fue extraño que la riada se llevase en esta zona varios caseríos, y el barrio quedase deshecho".

"Sida tenía sus instalaciones como está establecido en la legislación vigente sobre estos productos, y muy ventiladas", según los trabajadores. "Las leyes no especifican, por otra parte, medidas severas de almacenamiento para el cianuro (aunque sí para su manejo y transporte), obligando únicamente al productor a etiquetar perfectamente las sustancias y a mantenerlas en sitios secos, y eso la empresa lo hacía", concluyen.

Almacenamiento de bidones

61 de los 280 bidones de cianuro que se cree arrastró la riada se encuentran almacenados, de modo temporal, en la empresa Hidronor, SA, de Aduna (Guipúzcoa), donde son vigilados estrecharriente. El transporte del cianuro hasta esta factoría desde la playa de Ereaga se realiza en camiones del Ejército de Tierra. De estos 61 bidones -la mayor parte de los cuales son de cianuro sódico-, cinco se encuentran vacíos, "sin trazas de contaminación", afirma el gerente de esta empresa, ubicada a escasos metros de Villabona, Iñaki Sanz.Hidronor, SA, dedicada al tratamiento de residuos industriales en lo que antiguamente fue una fábrica de yeso, ofreció, desde los primeros momentos, su total colaboración de forma desinteresada a las autoridades, pese a encontrarse el personal ausente por vacaciones, tanto para la identificación de los bidones -que son de dos colores, azul o con franjas negras y naranja, y en ambos casos con una expresiva calavera con tibias- como para su almacenamiento. "La mayor parte de los bidones de cianuro que tenemos aquí", señala Iñaki Sariz, "están herméticamente cerrados y no han sufrido golpes fuertes. Tienen", añade, "un peso de 50 kilos, y en su interior el producto va envuelto en bolsas de plástico duro. Los recipientes que presentaban en su aspecto exterior alguna duda sobre si se habían abierto fueron trasladados en unos bidones de 200 kilos y llevados hasta la factoría con especiales medidas de seguridad y con abundante lejía por si se hacía preciso neutralizar el cianuro".

"La próxima semana", comenta, el Gobierno vasco y la Administración central adoptarán una postura definitiva en torno al futuro de estos bidones. La mayor parte de los cuales, en mi opinión, se devolverá a sus propietarios. Otros, sin embargo, a la vista del estado que presentan, podrían ser neutralizados en un lugar hasta ahora no determinado, pese a ser esta operación, según químicos consultados, relativamente fácil de realizar; en esencia, el proceso de neutralización del cianuro se realiza con agua, sosa cáustica y con un hipoclorito (lejía). El resultado de este proceso químico son unas sales inocuas como el carbonato sódico y el cloruro sódico, agua y el nitrógeno que se evapora".

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