Emoción durante la exhumación de los restos de José María de Cossio
Parientes de las diversas ramas de la amplia familia del escritor José María de Cossío no pudieron reprimir su emoción cuando a las nueve de la mañana de ayer fueron exhumados en el cementerio municipal de Valladolid los restos mortales del citado intelectual, José María de Cossío, fallecido en 1977. Los restos de Cossío serán trasladados hoy a Tudanca (Cantabria), lugar elegido por el autor de la Enciclopedia de los toros para que fuese enterrado su cuerpo.El mal estado de las carreteras impidió que llegasen a tiempo de asistir a la exhumación los representantes de la Diputación Regional de Cantabria y de la junta vecinal de Tudanca y el último secretario particular de José María de Cossío, Esteban Arenys, que se desplazaron a Valladolid para acompañar al féretro hasta tierras montañesas y para participar en el sencillo homenaje que rindió a José María de Cossío el ayuntamiento vallisoletano.
Carmen de Cossío, hija de Francisco de Cossío, y la sobrina con la que más convivió José María, señaló a EL PAIS que "aunque este momento en sí sea desagradable, es necesario afrontarlo para cumplir la última voluntad de mi tío, que siempre quiso descansar definitivamente en Tudanca". Ramón Teja, consejero de Cultura de la Diputación Regional de Cantabria, afirmó que el traslado de los restos a Tudanca significa mucho, porque supone volver a tener entre nosotros a un hombre de gran trascendencia para Cantabria, ya que José María de Cossío, aunque nacido y muerto en Valladolid, tuvo su corazón puesto siempre en Cantabria y allí estaba su casa solariega, su centro de estudios y se halla todo su legado cultural".
Esteban Arenys, que se considera antes su amigo íntimo que su secretario particular, tampoco ocultaba su emoción. "Es lógico; don José María siempre quiso vivir y convivir en Tudanca, y los tudancos lo consideran como muy suyo; tenerlo nuevamente con nosotros es importante y un recuerdo constante para quien tanto amé aquella tierra".
La exhumación de los restos contó únicamente con la asistencia de los familiares y de un concejal del ayuntamiento vallisoletano. El féretro fue instalado en el depósito de cadáveres y trasladado a media tarde a una funeraria, desde donde partió a las seis de la mañana de hoy hacia Tudanca.
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