Temor en Barcelona a que se frene desde el Ministerio de Sanidad la reforma psiquiátrica iniciada por la diputación
Varios profesionales de la psiquiatría con cargos de responsabilidad en los hospitales y centros de asistencia creados por la Diputación de Barcelona han expresado a este diario su temor a que la reforma psiquiátrica emprendida en Cataluña quede frenada por nuevas directrices dictadas por el Ministerio de Sanidad. El temor se basa en que no se han revisado los convenios con los organismos colaboradores y en el apartamiento de su cargo del doctor Luis Cabrero, responsable técnico de la reforma emprendida. La inquietud en los medios psiquiátricos catalanes coincide con la creación de la Comisión Ministerial para la Reforma Psiquiátrica, cuyo secretario ha declarado que no hay motivos para temer nada.
La reforma psiquiátrica emprendida hace cuatro años por la Diputación Provincial de Barcelona se encuentra prácticamente frenada, según han declarado a este diario los responsables de varios centros asistenciales. El temor a que la reforma no siga adelante y sea sustituida por otros modelos psiquiátricos se ha hecho patente entre los profesionales de este sector a partir del cambio producido en la diputación con las elecciones municipales y coincide con la creación de la Comisión Ministerial para la Reforma Psiquiátrica, presidida por el ministro Ernest Lluch, que seguramente delegará en el subsecretario de Sanidad y Consumo, Pedro Sabando, e integrada por los directores generales de Salud Pública, Enrique Najera, de Planificación Sanitaria, Fernando Ruiz Ocaña, de Farmacia y Medicamentos, Félix Lobo, del Instituto Nacional de la Salud, Jacint Raventós, y el subdirector general de Centros Sanitarios Asistenciales, Julio Romero. La primera reunión se celebrará a principios de septiembre y en ella se nombrarán seis vocales de entre los profesionales de todo el país.Los primeros síntomas de inquietud en Barcelona aparecieron tras la designación del nuevo responsable de Sanidad de la diputación provincial, el socialista Joan Carles Mas, en sustitución de Carlos Grande, comunista, que había dirigido la reforma psiquiátrica durante el anterior mandato. Con el relevo fue apartado de su cargo el jefe del servicio de Psiquiatría, el doctor Luis Cabrero Ávila, ejecutor del plan por el que se han reformado los hospitales psiquiátricos y otras instituciones dependientes de la diputación y se ha creado una completa red de asistencia y prevención que cuenta con un centro de asistencia primaria en cada comarca de Barcelona y otro en cada barrio de la capital, excepto los de Gràcia y Poble Nou, que los tienen concedidos. Se han creado además dos hospitales de día, uno en Barcelona y otro en Sant Boi y una comunidad terapéutica en la comarca del Maresme con varios centros.
Dos corrientes
El hecho de que Luis Cabrero haya sido desplazado, de que el nuevo diputado de Sanidad no haya expresado todavía sus intenciones, de que no haya sido nombrado el nuevo responsable del servicio de Psiquiatría y de que no hayan sido revisados los convenios establecidos con los equipos profesionales que gestionan los centros asistenciales ha despertado no pocas inquietudes entre estos últimos. Finalmente, el temor se ha hecho patente al correr la noticia de que había sido nombrado para formar parte de la comisión creada en Madrid el doctor Joan Corominas, psiquiatra del hospital Clíníco y concejal de Sanidad de Terrassa, al que se atribuye una actitud contraria al modelo de reforma seguido por la diputación.El doctor Corominas declaró ayer a EL PAIS que su nombramiento como vocal de la comisión no le ha sido comunicado oficialmente, pero que le fue propuesto hace ya unos meses por el secretario de la comisión ministerial, José Antonio Espino. En su opinión, la reforma psiquiátrica emprendida en Barcelona debe seguir adelante, aunque habrá de decidirse si bajo los mismos criterios u otros diferentes. "Es evidente que hay que hacer asistencia primaria de la salud mental, por ejemplo, pero esta asistencia puede depender de diferentes organismos".
Una parte importante de la reforma se ha hecho en base a convenios de colaboración con equipos de profesionales que habían desarrollado experiecias piloto antes de las primeras elecciones muncipales. La continuidad de estos centros es la que más peligraría si se impusiese un modelo estatalizante de reforma psiquiátrica en España. Como trasfondo de esta problemática emerge la polémica entre dos corrientes dentro de la psiquiatría que se reproducen en el interior del partido del Gobierno y que librarán su batalla en el seno de la citada comisión ministerial.
A esta polémica se refiere el director del hospital Psiquiátrico de Sant Boi, doctor Rafael Herrera, después de dar su opinión sobre la situación concreta de Barcelona: "Yo creo que es todavía prematuro sacar conclusiones del cese de Luis Cabrero, pues no sabemos quién le sustituirá. Estamos, de hecho, en un compás de espera, en el que también hay algunos índices positivos como el próximo nombramiento para el cargo de coordinadora de psiquiatría del Ayuntamiento de Barcelona de la doctora Roser Pérez Simó, de trayectoria claramente comprometida con el modelo de reforma practicado en Cataluña"'.
"Ahora bien", continúa el doctor Herrera, "motivos de preocupación los hay, pues lo que se debate, en el fondo, es si la psiquiatría debe ser contemplada con criterios estrictamente médicos, o debe constituir un subsistema sanitario multidisciplinario, en el que la locura sea contemplada como algo más que un conjunto de transtornos bioquímicos".
El director del Hospital de Día de Barcelona, José Luis Fábregas, precisa: "Si se irripone la tendencia del PSOE partidaria de integrar toda la asistencia psiquiátrica en los ambulaltorios de la Seguridad Social, la reforma emprendida en Cataluña se irá a pique y será sustituida por estructuras estáticas y centralistas. Es altamente preocupante que la primera persona en ser llamada a Madrid haya sido el doctor Corominas, de trayectoria profesional bastante alejada de los criterios que animan la reforma catalana. Y más preocupante todavía que en los nombramientos prime la condición de militante socialista sobre la cualidad profesional".
Para el doctor Valentí Agustí Bassas, director de la Comunidad Terapéutica de Malgrat, "el modelo psiquiátrico que se implante en España debe tener en cuenta la experiencia catalana. Pero mucho nos tememos que se imponga un modelo estrecho basado en una doble falacia: que la única sanidad pública posible es la estatal y que la asistencia pública sólo puede ser médica".
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