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LA LIDIA / BILBAO

El campeón fue el 'Yiyo'

Sabido es, que en el País Vasco se afanan en la búsqueda de campeones. A tal efecto, se organizan competiciones de mus, de traineras o de tortillas si hace falta. Se busca al más fuerte, al más hábil. En definitiva al mejor.Ayer, cuando Paco Ojeda intentó torear con el capote, y decimos bien intentó, sin conseguirlo, lancear a sus dos toros, alguien lanzó al aire la palabra campeón. ¡Éste es el campeón!.

El que hizo este manifiesto tenía sus razones, claro. Paco Ojeda ha triunfado en muchos sitios y está en boca y en letra de críticos y escribanos. Pero ayer, el campeón fue Yiyo, que evidenció estar holgado de forma, de sitio y de afición; capaz de exponerse a la cornada como en el sexto, que le buscaba las vueltas, haciendo hilo por él más de una vez.

Plaza de Bilbao, 22 de agosto

Segunda de FeriaSeis toros de Benítez Cubero, flojos y justos de presentación. Tomás Campuzano. Bajonazo en el primero, pinchazo y estocada tendida en el otro (saludos en ambos). Pajo Ojeda. Caída y dos descabellos (petición con vuelta y bronca a la presidencia). Pinchazo, bajonazo y descabello (silencio). José Cubero Yiyo. Más de media (petición, vuelta y bronca alpresidente). Pinchazo sin soltar, estocada y dos descabellos (vuelta).

Pero con el sirimiri, esa lluvia pertinaz y característica de esta tierra, parecían aclarársele aún más las ideas a este joven torero, y estuvo allí con profesionalidad sorteando la bronca embestida que le lanzaba a degüello su oponente. Dicho queda, pues, que Yiyo fue el campeón en Bilbao, dejando constancia de tres cosas fundamentales: valor, conocimientos y torería.

A Ojeda se le. recibió con respeto bajo un silencio largo, a la espera de que se acoplase con su primero; cierto que tardó mucho en conseguirlo, cierto que el toro se quedaba mucho por su falta de fuerza y que embestía con la cara alta, pero le bastó ligar un natural y uno de pecho, para que este fácil y bonancible público de Bilbao le aplaudiese a tope y reclamase la música. Así, en este plan, le enjaretó series del uno-dos, tanto con la derecha como con la izquierda. Ahora un derechazo y allí mismo otro por alto; ahora un natural y allí mismo el de pecho.

Pero como ésto lo hacía sacando el pecho con el alivio de colocarse en la pala del pitón y creando una efímera, pero poco comprometida, belleza, el público llegó a entusiasmarse y abroncó con fuerza al presidente, por no conceder la oreja, que se pedía con más voces que pañuelos.

Tomás Campuzano se hartó de darle voces a sus toros, je! y je!... y que su,primero no iba. Allí anduvo dando vueltas con el animal que no vallía tres cuartos. Cosa parecida le pasó con su segundo, empleándose en una labor estéril ante un toro que desconfiaba de sus fuerzas, acortando su recorrido. Dicho sea de paso, que la tónica de la corrida fue esa, la falta de fuerza. Puede ocurrir que a costa de dar una feria más atractiva para la gran masa, peligre la presencia del toro si no se anda con cuidado.

Se nota que en la Feria de Bilbao el presidente no quiere pasar una, y se ciñe al reglamento con exactitud plena. ¿Que el público pide la oreja?. Bien, pero como no ve los pañuelos suficientes, no se concede, aunque se note que la piden más voces que pañuelos.

Ésto es bueno, porque así no se cae en el peligro de ser benévolos con unos y duros con otros. Ayer ocurrió en Bilbao que le pi dieron con fuerza la oreja para Yiyo y Paco Ojeda y a los dos les midió con el mismo rasero: no había mayoría de pañuelos.

Manolo Vázquez se despide mañana de Bilbao. El club Cocherito ha tenido la gentileza de distinguir a Manolo Vázquez en su despedida, hecho que quizá debía de haber considerado la junta administrativa de la plaza. Le acompañarán Paquirri y José Antonio Campuzano que sustituye a Emilio Muñoz. Por otro lado Capea tampoco podrá actuar pasado mañana porque padece unas fiebres tifoideas.

La baja del Niño de la Capea se siente en Bilbao, porque es un torero que cuenta aquí con muchas simpatías, ya que consiguió muchos triunfos de novillero.

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