Joan Fuster no impartirá clases como no numerario en Valencia

El escritor Joan Fuster probablemente renunciará a impartir clases de Lengua y Literatura valencianas en la facultad de Filología de la universidad Literaria de Valencia durante el próximo curso, por considerar que las airadas tensiones surgidas en el mundo universitario por la propuesta de su nombramiento como catedrático extraordinario no merecen su presencia en la Universidad valenciana."De todos modos, ya no hay la posibilidad de que me hagan catedrático extraordinario, ni ganas", escribió Fuster anteayer en un artículo publicado en La Vanguardia. "Me han embrollado como penene y probablemente renunciaré a este ofrecimiento tan delicado. Si mi candidatura como catedrático extraordinario fue tan desairada, ¿para qué continuar en el juego?"

En el citado artículo Fuster estima que su nombramiento, respaldado por el Ministerio de Educación y Ciencia, ha topado en Valencia con el rector de su universidad Literaria, Joaquín Colomer, y con otros factores externos al estamento universitario, que Fuster califica como "el gremialismo de los catedráticos, los amiguetes ultras del doctor Colomer, las presiones locales de la bellísima derecha universitaria y de una seudoizquierda estúpida".

Para el escritor de Sueca, el problema no es su nombramiento como catedrático, avalado por una larga y densa investigación histórica y literaria, sino que "el catalán tenga su sitio", el idioma de Jaume Roig, Ausias March y Vicent Andrés Estellés, en las universidades valencianas.

Valorado como su última palabra

El contenido de esta colaboración en un diario de Barcelona no ha podido ser ampliado con una consulta al propio Fuster, aunque en realidad es valorado por medios próximos al escritor como su última palabra sobre la amplia polémica desencadenada por su intención de incorporarse a la enseñanza universitaria en la región valenciana.

Fuster, después de aceptar y firmar semanas atrás su contrato como profesor no numerario, habría reconsiderado su voluntad docente ante las resistencias encontradas en el rectorado valenciano para reconocer su valía académica, que le permitiera acceder por la vía extraordinaria sin oposición a la cátedra, tal como ha sucedido con varios otros intelectuales arrinconados por el franquismo en algunas universidades españolas.

De esta polémica, el último dato fue la carta enviada por el jefe del gabinete del ministro Maravall, Miguel Barroso, al rector indicándole que este nombramiento ya no podría producirse, ya que la nueva legislación sobre ordenación universitaria hace desaparecer esta figura docente y sólo permite en las universidades la figura del profesor visitante.

La junta de gobierno de la universidad Literaria tenía intención de tratar el tema después del verano, por considerar que en anteriores reuniones de la junta la propuesta no había llegado a tiempo para ser incluida en el orden del día.