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El Festival de Teatro de Aviñón

Danza, teatro y gesto en el baile

Anne Teresa de Keersínaeker es una muy joven coreógrafa y bailarina belga que cuenta en su haber con tan sólo dos coreografias: Fase, de 1982, y Rosas Danst Rosas- de 1983. En esta segunda pieza, de casi dos horas de duración, Anne Teresa se consagra como una de las realidades más esperanzadoras de la danza-teatro actual. Tan sólo por su juventud, poco más de 20 años, y sus dos únicas producciones, se la recibe en algunos círculos con reticencia y con comentarios como el que sigue: "Lo mál difícil no es tener éxito, sino mantenerse en él". Cierto. Pero por elmomento Anne Teresa hace algo más que mantenerse: da profundidad y rigor a su trabajo. Otro tipo de críticos comentan la influencia de la ya mítica Pina Bausch. También es cierto, pero tal como está planteado Rosas Danst Rosas hace pensar más en la elección de un punto de. partida que en una influencia superficial.Ambas parten, efectivamente, de la valoración del gesto cotidiano, de la repetición de este gesto. Sin embargo, la joven belga limita su terreno a lo estrictamente bailable, a la danza, y por el momento utiliza del teatro muy pocos elementos.

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Pina Bausch logró su segundo triunfo con el espectáculo 'Nelken'.

La primera constatación sería, pues, la no existencia de un lenguaje específico para algo que, a estas alturas, podemos nombrar muy difícilmente si no es haciendo grandes rodeos. En Rosas Danst Rosas se utiliza el recurso de la repetición, la modificación del canon en un tiempo sabiamente alargado, la poligestualidad repetitiva con asincronías progresivas... También se puede decir que se ha producido una inversión por lo que respecta a la danza clásica: un gesto cualquiera, el reflejo de dolor al pincharse un dedo, una actitud momentánea de enfado, un gesto rápido para apartarse los cabellos de la cara... Lo que se pretende dar con este lenguaje es lo más opuesto al mensaje narrativo emocional al que estamos acostumbrados.

Anne Teresa Keersmaeker ha optado con un conocimiento total, por esta nueva manera de estar en un escenario y por una determinada utilización del tiempo de que dispone. Nos habla de una vida densa, preocupada, nerviosa, mucho más nerviosa que violenta. Hablar de violencia ya sería narramos algo. La reacción nerviosa, el impulso, el acto reflejo, el falso movimiento, no llegan a integrarse en discurso alguno, pero tampoco se quedan en una elucubración técnica más o menos correcta. Como ella misma ha escrito en el programa que se reparte en sus actuaciones en Aviñón, a menudo el hecho de recurrir a unos procesos matemáticos y repetitivos parece que obliga a excluir una dimensión emotiva. Es eso lo que interesa a Anne Teresa y en lo que trabaja: la emoción como una realidad aislada, la emoción que llega por sí misma cuando menos la esperamos, la emoción sin referencias. O, lo que es lo mismo, también en palabras de la joven coreógrafa belga, una intensidad dramática de libertad.

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