Controversia entre críticos sobre la vigencia de la vanguardia artística
Música, plástica y literatura, calificadas como 'artes de retaguardia'
La vigencia de la vanguardia, defendida con matices por la mayoría de los participantes en el seminario que, en torno a la iconología del arte de vanguardia se está celebrando en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en Santander, dirigido por el profesor y crítico de Arte Francisco Calvo Serraller, fue, en cambio, rechazada, tanto en el campo de las artes plásticas, escultóricas, como en ciertos tipos de música, por el escritor Luis Racionero, quien las calificó de "artes de retaguardia".El seminario, planteado como una búsqueda de métodos para descifrar e interpretar las imágenes artísticas, estudiando más el contenido que la forma de una obra de arte, parte de un título que tiene carácter provocador, en opinión de su director, Calvo Serraller, porque "la vanguardia artística no tiene un contenido estable, sino que constituye una especie de producción enloquecida de imágenes diversas" que hace casi imposible su ordenación clara. La iconología, como rama de la Historia del Arte, nace a principios de siglo de la mano del alemán Aby Warburg; por tanto, él, como sus numerosos discípulos, orientaron esa disciplina hacia el arte anterior al siglo XIX. Para Calvo Serraller, el hecho de que el arte contemporáneo "no haya creado un repertorio de imágenes equivalente al que existía en el pasado" ha obligado a replantearse fuentes y métodos, poniéndose "en entredicho la supervivencia misma de la iconología". El arte contemporáneo de vanguardia ha roto no sólo con el sistema de representación realista, heredado del pasado, sino que ha renovado radicalmente las imágenes que aparecían en el mismo, obligando, por tanto, a un replanteamiento de la iconología. La multiplicación y fragmentación infinitas de la producción de imágenes en el arte de vanguardia, junto a la transformación del límite tradicional del arte, hace al director del seminario preguntarse sobre la posibilidad de que en el futuro se recomponga la compenetración social con el arte que existía en el pasado. "Si ello no es posible", se responde Calvo Serraller, "será síntoma de una gravísima disolución de la identidad de todo el cuerpo social".
Sin embargo, para Racionero ha llegado ya, y el arte de vanguardia en ciertos campos -como el pictórico, la escultura o cierta música- "ha quedado como reducto de elites". La retaguardia sería, en su opinión, la máquina de tren frente al cohete espacial, que es la verdadera vanguardia, que el escritor sitúa en el campo del rock electrónico y en el cine y vídeo, que "es donde realmente la gente se vuelca y donde se produce una cierta catarsis". La radical concepción de vanguardia de Racionero le lleva a considerar como representantes de ésta en la pintura a Picasso y Dalí. "Y a partir de ahí, nada", precisa, "porque los intentos conceptuales descarnados y asépticos de lo que se denomina vanguardia o transvanguardia no han logrado, en ningún momento, conectar con el espíritu de los tiempos". "Evidentemente, todo depende de la propia noción de vanguardia", puntualiza el catedrático de Estética Simón Marchán, "porque si la tomamos en su acepción original de unidad moral, de arte combativo, de proyecto ideológico que afecta a todos los ámbitos de la existencia; si tomamos la vanguardia en su acepción heroica e histórica, a lo que asistimos en la actualidad es a una devaluación de dicha concepción. Pero si, por el contrario", añade, "entendemos como vanguardia lo actual, lo que va apareciendo, lo que intenta ir a la cabeza, aunque sea una concepción blanda de la vanguardia, no hay razón para discutir su existencia".
Esa pérdida de validez del concepto de vanguardia se debe, en opinión de la profesora de Arte de la universidad de Barcelona Victoria Combalia, a que "nuestro, contexto ya poco tiene que ver con el de los primeros 30 años de nuestro siglo. Hoy no puede hablarse de una academia opresiva ni de una utopía tan clara y racional como entonces se vislumbraba. Hoy, nuestra tradición es precisamente la vanguardia, y las posibilidades de crítica y relectura formal, son, en este sentido, infinitas".
La imagen de la crisis de la vanguardia artística como elemento necesario para el creador fue expuesta por la escritora y profesora de Arte Lourdes Ortiz, para quien este siglo no es de crisis, sino de gran vitalidad, en el que se produce la simbiosis de diferentes artes. En el seminario han intervenido también el escritor y profesor de Filosofía Ignacio Gómez de Liaño, en tomo al experimentalismo de los años sesenta, al hilo de su propia experiencia en la poesía de vanguardia de esos años, así como el catedrático de Historia del Arte Víctor Nieto Alcalde, que analizó la cita histórica en la pintura española de vanguardia.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.