Llutxent, un pueblo movilizado contra la 'legionella'

Los vecinos de Llutxent permanecieron durante tres días con el alma en vilo para atajar a tiempo, con la aplicación de las medidas reguladas por autoridades sanitarias y ayuntamiento, el brote epidémico causado por la legionella neumophila, que mantiene hospitalizadas en Valencia a 23 personas de los 32 casos contabilizados por la Consejería de Sanidad Trabajo y Seguridad Social. Ayer miércoles, tras la confirmación oficial del origen de la epidemia, la población recuperó cierta tranquilidad, aunque mantendrá una estricta vigilancia sanitaria, hasta que se cumpla el período de incubación de la bacteria (10 días) y concluyan los diferentes análisis realizados para determinar las causas de la epidemia.

El agotamiento se constataba en las personas ocupadas de las tareas de limpieza de la red de abastecimiento y pozos de agua potable. Los vecinos formaban colas ante dos fuentes habilitadas con agua procedente de u i pozo no contaminado, propiedad de un grupo de granjeros, y mantienen abiertos los grifos de sus casas para que el agua tratada con hipoclorito cálcico y cloro gas, que se está aplicando periódicamente a la red de distribución, salga por los desagües. También se vaciaron los depósitos de agua de las viviendas y sometieron a inspección sanitaria pozos privados, que los vecinos mantenían de reserva por si el agua potable. de la red escaseaba.El alcalde comunista de la localidad, Honori Estornell, 33 años, afirma "intentamos estar todos optimistas, a ver si la epidemia se ha terminado, aunque nos mantenemos a la espectativa". La confirmación por parte de las autoridades sanitarias de que la bacteria de la epidemia es la legionelle neumophila y su causa las filtraciones de la conducción de agua potable ha tranquilizado pero sin descartar otras hipótesis. "Esperemos que la bacteria estuviera sólo en las cañerías y que el agua del pozo nuevo que abastecía al pueblo sea buena, aunque esto último no está confirmado", expresa Estornell. El agua del pozo y los depósitos que la contienen antes de su distribución por la población están siendo sometidos a minuciosos análisis y tratamientos pues el ayuntamiento considera que no es suficiente justificar la epidemia por medio de las filtraciones de la red. La bacteria podría encontrarse en el propio pozo, hecho que de confirmarse exigiría al pueblo buscar en adelante su agua en otros pozos.

El agua, un bien escaso

El agua en Llutxent, población agrícola de emigrantes temporales, fue hasta hace 15 años un bien escaso. Se recuerda la época en que las mujeres debían trasladarse 18 kms, hasta Játiva, para lavar la ropa cuando en los meses de verano se agotaban los pozos de suministro. La nueva red de abastecimiento se inauguró a mitad de los años 60, y desde entonces el suministro se regularizó, si bien el pozo agotó su caudal hecho que obligó a tomar el agua de otro, en funcionamiento desde hace escasos meses.

Los vecinos de la localidad fueron los primeros en conocer el origen de la epidemia. La noche del último sábado el ayuntamiento lo comunicó oficialmente porque no podíamos solicitar colaboración si no decíamos la verdad. No hemos engañado a nadie en ningún momento", afirma el alcalde. Los medios informativos tuvieron comunicación oficial de la presencia de la bacteria legionella en Llutxent 48 horas después. "Dos días y dos noches hemos estado al pie del cañón, comiendo fuera de hora. Pedíamos un voluntario y aparecían 100". Del plan de trabajo se responsabilizaron 50 personas, integrantes de las últimas listas electorales, que coordina ron a los voluntarios por calle en la tarea de tratamiento de la red y revisión de todos los depósitos de agua de las 700 casas.

Los vecinos de este pueblo tiene hábito de trabajar organizados. Su cooperativa del campo, que comercializa la producción de uva y frutales del término municipal y da trabajo a la población vertebra practicamente la vida económica de Llutxent. La emigración temporal de pequeños grupos y de familias enteras a la vendimia del sur de Francia, recogida de cítricos en otras comarcas valencianas y arrozales del delta del Ebro, ha favorecido también la presencia de una conciencia solidaria entre sus casi 2.500 vecinos para hacer frente a cualquier eventualidad.

Hay quien evoca los años en que se suspendía, en tiempo de la vendimia, el baile del pueblo, por falta de hombres. El interlocutor resume la pauta de vida de Llutxent con la frase "nosotros vamos a ganar el dinero fuera y nos los gastamos aquí". Ciertamente, la población, situada en La Vall d'Albaida, a mitad de camino del trayecto que enlaza Játiva con la costa de Gandía, cuenta con numerosas viviendas remozadas y reacondicionadas gracias al ahorro de emigrantes y mantiene un nivel económico aceptable, aunque no disfrute de tierras de regadío ni recursos propios industriales.

El paraje de sus montañas fue elegido en dos ocasiones por el realizador cinematográfico Carles Mira para escenario de sus películas.