15 seminarios, 4 encuentros y 3 cursos desbordaron en julio la Universidad Internacional Menéndez Pelayo
Cantabria ha ejercido durante el mes de julio, y seguirá ejerciéndolo en semanas sucesivas, la capitalidad de la cultura española, como ha ocurrido en los últimos veranos, por motivos diversos. Uno de sus centros de atención es la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), cuyo rectorado ejerce desde este año el profesor Santiago Roldán. Una serie de exposiciones en la Fundación Santillana, en Santillana del Mar, y el Festival Internacional de Música de Santander, que comenzó anoche, son otros focos de esa capitalidad cultural que ya resulta tradicional. En esta página se mira al inmediato pasado y a la actualidad de los cursos de la Menéndez Pelayo, que este año ha vuelto a congregar allí a un público muy numeroso que sigue esta peculiar concentración de la cultura española.
La Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) se ha visto, a lo largo del mes de julio, desbordada por la masiva asistencia a los 15 seminarios, 4 encuentros y 3 cursos, además de las conferencias organizadas por el rector Santiago Roldán y las actividades culturales complementarias.El clima creado durante los tres años que estuvo al frente del equipo rector de la universidad el ahora embajador en la Unesco, Raúl Morodo, ha desencadenado una demanda masiva de inscripciones, provenientes de los sectores más diversos de la sociedad española.
Si en años anteriores se habilitaron sótanos y desvanes para poder ubicar a los numerosos cursos que semanal o quincenalmente se habían organizado, durante el mes que acaba de finalizar la organización de la UIMP ha debido de ponerle toda la imaginación a la búsqueda de nuevos recintos para poder acoger la masiva asistencia de algunos cursos y seminarios.
Pero si la asistencia de alumnos es masiva, lo mismo se podría decir del profesorado de un alumnado de elite, especialmente en los cursos económicos. Así, Emilio Botín, presidente del Banco de Santander, que se ha convertido en una presencia casi cotidiana en los pasillos del palacio de la Magdalena. En los menos de 100 metros que conducen de la entrada del edificio al salón principal es posible encontrarse, en el mismo día, al representante de la patronal bancaria, Rafael Termes; al teniente general Gutiérrez Mellado; al filósofo Agustín García Calvo, o a la intelectual italiana Rossanna Rosanda.
En el apartado político, la legión de directores generales, subdirectores y algún que otro secretario de Estado ha sido el preludio o continuación de la presencia de ministros; del madrugador José María Maravall acompañando al presidente del Ejecutivo, Felipe González, en el acto inaugural de los cursos, al que han seguido sus compañeros de Gabinete Miguel Boyer, Carlos Solchaga, Fernando Ledesma y Narcís Serra. Los variados temas analizados durante el mes de julio, con especial presencia de la economía, no han dejado disciplina académica por tocar. Tras los cursos de Prensa, el dirigido por Miguel Ángel Aguilar en torno a los medios de comunicación y la política internacional, celebrado paralelamente al organizado por el rector Santiago Roldán, titulado Doce periodistas ante temas españoles, se descolgó en palacio una legión de informadores que alternaron aula y trabajo a la búsqueda de unas manifestaciones del ministro Serra sobre la OTAN, de una declaración de principios de Ramón Tamames sobre su desembarco en posiciones verdes. Entre otras, las conferencias de Rafael Sánchez Ferlosio y García Calvo, despertaron una gran expectación. A Rafael Sánchez Ferlosio la evolución histórica del concepto de guerra y sus implicaciones filosóficas, religiosas y fundamentalmente bélicas, con las que se justifica, le pareció un tema lo suficientemente importante como para no dejarlo a la improvisación, ni para consumir el tiempo de la conferencia con la lectura de los 43 folios de que constaba su intervención. Por eso prefirió fotocopiar el texto y entregarlo a los asistentes al curso.Sobre esa base se llevó a cabo el extenso coloquio, en el que el novelista matizó, desarrolló las cuestiones previas planteadas en su conferencia escrita. Ferlosio recurrió a Weber para analizar la dualidad establecida entre guerrajusta y guerra injusta, categoría establecida desde presupuestos religiosos. El "primer resultante de calificar a la guerra de cruzada", afirmó, "es que el enemigo es negado como hombre y reducido a antihombre". Otra de los conceptos, normalmente utilizado, desde posiciones bélicas, el honor, mereció al escritor el siguiente comentario: "Se ve que el honor nacional sigue siendo esencialmente el honor de las armas y que la sobeerbia de la fuerza es el contenido último de todo honor nacional".
Otra conferencia peculiar fue la de García Calvo, que rompió una larga tradición en la UIMP y habló un sábado a la temprana hora de las 10 de la mañana. "La familia es la productora dispuesta a proporcionar al Estado y al capital la fuerza de trabajo. La familia está destinada a producir hijos para el Estado variante laica de la conocida frase la familia está destinada a crear hijos para el cielo", afirmó en la polémica conferencia con la que clausuró el seminario dedicado a analizar la crisis familiar, que dirigió Pilar González Martín.
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