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La Comunidad Europea prorroga por siete meses el régimen de cuotas a la producción de acero

Andrés Ortega

Italia logró en la madrugada de ayer, tras 16 horas de dura discusión, limitar a siete meses la prorroga del sistema de cuotas a la producción de acero en la CEE, imperante desde 1980. La Comisión Europea quería una prorroga de dos años y medio, que los ministros de los diez juzgaron "indispensable" y a la que se tendrá que dar el visto bueno antes del 31 de enero de 1984. La Comisión se muestra firme en su decisión de reducir, para diciembre de 1985, en 26,8 millones de toneladas la capacidad de producción anual que la CEE tenía en 1980, para conseguir que el sector sea rentable. El comunicado final reitera que a partir del 31 de diciembre de 1984 no se podrán otorgar ayudas a las empresas del sector.

El comisario encargado del dossier, Etienne Davignon, no disimuló ayer en conferencia de prensa su "decepción" ante la decisión a medias tomada por los ministros. Davignon reconoció, sin embargo, que pesaba el hecho de que Italia estaba en un proceso de formación de Gobierno. A pesar de los pesares, todas las delegaciones reconocieron la necesidad del régimen de cuotas para frenar el movimiento a la baja de los precios del acero que ha comenzado con el verano.Para prorrogar el sistema de cuotas -establecido en el artículo 58 de la CECA (Comunidad Europea del Carbón y del Acero)- la Comisión necesitaba ver confirmada su "decisión" por un informe favorable del Consejo de Ministros. Los debates se prolongaron, pues no se trataba sólo del principio, sino de las modalidades, es decir, del reparto de la tarta del acero europeo. Según Davignon, Italia ha aceptado reducir entre 1980 y 1985 su capacidad de producción en 5,8 millones de tonelagas. Los italianos no han confirmado esta versión.

En este amplio plan de reestructuración en el que desaparecerá más de un 17% de la producción europea de acero -ya se ha conseguido o planificado recortar 18,4 millones de toneladas de la capacidad de producción, en una industria que sólo utiliza un 54% de su potencial-, los detalles de la operación, empresa por empresa, han de ser decididos en enero de 1984. Por ahora se está en una "situación abierta". La base, que rige el artículo 58, será la de un reparto por países y empresas, proporcional al existente en 1980.

Planificación a largo plazo

La Comisión goza de auténticos poderes en este campo tanto para establecer la producción como para fijar los precios o autorizar las ayudas nacionales a las diversas empresas. Las cuotas no están sólo destinadas a mantener los precios, sino también a encaminar la reestructuración del sector hacia su objetivo, y para ello es necesario que las empresas dispongan, según Davignon, de "la seguridad necesaria y una visión a largo plazo". En el acuerdo logrado ayer, Davignon introdujo una cláusula de revisión: si una empresa se encuentra en su reestructuración con dificultades debidas al sistema de cuotas, la Comisión podrá hacer los ajustes necesarios.

La prórroga de siete meses (seis de hecho, pues es retroactiva al 1 de julio) del sistema de cuotas se hará sobre nuevas modalidades aún por detallar. Lo que los ministros han decidido es el método, no las cifras, aunque éstas fueron debatidas bilateralmente entre Davignon y los países miembros. Ello no era óbice para que todas las delegaciones cantaran ayer victoria. Francia decía haber conseguido 615.000 toneladas más; el Reino Unido, 380.000; Italia y la RFA, 100.000 toneladas más. Según Davignon, las demandas iniciales de aumento sumaban cinco millones de toneladas, pero el resultado no llega a un millón de toneladas suplementarias.

En los últimos 12 meses la Comisión no había distribuido las cuotas del 100% del consumo, sino que se había reservado un margen de maniobra de un 3% que, en parte, explica el aumento decidido.

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