Estreno de una comedia para festejar la historia del teatro romano de Mérida
Golfus de Emérira Augusta nació como homenaje del Centro Dramático de Badajoz al teatro romano de Mérida. Su misión quedaba cumplida cuando la noche del estreno, el pasado viernes, público y actores se levantaban para aplaudir largamente a las milenarias piedras. Miguel Murillo, uno de autores del espectáculo, decía satisfecho: "Nosotros pretendíamos homenajear a la historia en plan de broma y lo hemos conseguido".
Miguel Murillo añadía que "los espectadores se han reído y han interrumpido varias veces, para aplaudir divertidos, eso es lo que queríamos; un homenaje para una ciudad viva, para unos personajes vivos y para una manera concreta de vivir el teatro".Se culminan con esta representación que estará en escena hasta el día 31 de julio en Mérida, dos años de trabajo del Centro Dramático de Badajoz, un colectivo teatral integrado por José Manuel Villafaina (director), el autor extremeño Miguel Murillo y los autores y directores Román Ballesteros y José Luis Alonso de Santos, que pensaron hacer este homenaje a la ciudad de Mérida en el cincuentenario de las representaciones del Festival de Teatro Clásico.
La idea cuajó en esta comedia de dos horas y pico de duración, en la que el principal protagonista es el propio teatro, que Agripa donó a la ciudad hace ahora exactamente 2.000 años. Cien personas, entre actores y demás farándula han creado un divertidísimo espectáculo al modo de la comedia latina, en el que se parte de la posibilidad de que la construcción del teatro nunca hubiera quedado concluida.
Los motivos van apareciendo entre las risas del espectador: la corrupción administrativa, las poco puritanas costumbres de los que ostentaban el poder, y sobre todo su desprecio por los habitantes naturales de la tierra que ellos habían invadido en nombre de la civilización. Este teatro precisamente se construyó para acallar una de las zonas más reacias a la conquista romana. Y casi como punto final, uno de los personajes dice que el teatro de Mérida ha sido siempre para los de fuera y nunca para los de aquí. Esta situación considera totalmente real por los miembros del Centro Dramático de Badajoz, incluso ahora 2.000 años después de su inauguración es un poco la disculpa de todo el montaje.
Crítica al centralismo
Miguel Murillo decía "este teatro a lo largo de su historia ha estado muy alejado de la realidad cultural extremeña. Creo que tenemos que recuperarlo con todo tipo de actos, es el principal objetivo". Las continuas alusiones durante el texto a la supuesta incultura de las provincias, y a la falta de presupuesto están hechas a propósito para retratar la situación actual. "Hemos hecho una crítica al centralismo", añade José Manuel Villafaina, "porque aquí parece que estuviéramos haciendo un meritaje constante y no solo en el tema teatral".Quizás esto venga a demostrar, según decía también el director del centro dramático que, aunque a Extremadura todavía le falta una infraestructura para algunas cosas, las ideas están muy claras "es un poco triste", decía, "que para las representanciones del teatro romano el público exija primeras figuras, como en este caso han sido Charo Soriano o Alfonso del Real. Pero en esta obra participan un total de 35 actores extremeños".
Y como para demostrar que desde las provincias también se pueden hacer las cosas bien, un grupo de teatro independiente de Mérida, La Berenjena Escénica, ha sido el encargado de montar varias escenas completas, una de ellas, la entrada de los obreros del turno de día al trabajo de la construcción, es digna de figurar en cualquier antología.
Con esta producción que representa la compañía Torres Naharro, creada y pensada como homenaje en el bimilenario de la construcción del teatro romano y el cincuentenario de las representaciones en dicho recinto, el Centro Dramático de Badajoz concurre por tercera vez al Festival de Teatro Clásico de Mérida, donde en anteriores ediciones montaron las versiones de Lisístrata y Fedra.
Babelia
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