_
_
_
_

El primer año de Shultz

A modo típico de la era supersónica, el secretario de Estado George P. Shultz ha estado revoloteando por el mundo contactando bases que necesitaban contacto antes de que esta semana finalice su primer año de mandato. (...)Shultz pasó casi todo este año enmendando los primeros desafueros de Reagan. Reanudó las conversaciones privadas con el embajador soviético; persuadió a China de que Reagan no va a plantear el problema de Taiwan, consiguió que el presidente terminara un inútil altercado con los aliados acerca del gasoducto soviético y que flexibilizara algo las negociaciones sobre los euromisiles, disoció a Estados Unidos de la invasión de Líbano, aunque echó mucho la culpa del atolladero palestino a los países árabes.

Si la diplomacia consiste en apagar fuegos, incluidos los provocados apresuradamente por uno mismo, éste no ha sido un año malgastado.

Con otro año así, Shultz también podría controlar ese arma de dos filos que es Centroamérica, acabar con la excesiva indulgencia hacia Suráfrica y hacerse más eco de los gritos de socorro de los países más pobres. Pero si la diplomacia también es ser constructivo, el equipo de Ronald Reagan tiene poco que ofrecer. ( ... )

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Una diplomacia madura no puede esperar una armonía filosófica o unos valores compartidos. Estados Unidos y la Unión Soviética deben moderar la competencia en materia de armamento y frenar sus demás rivalidades, no porque estén de acuerdo sobre cómo debe ir el mundo, sino porque no están de acuerdo. Necesitan acuerdos que sean mutuamente beneficiosos y que, en consecuencia, se cumplan.

, 11 de julio

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_