Los miembros de la CEE serán mas rigurosos en sus políticas presupuestarias nacionales

En un paso más simbólico que real, los 10 ministros de Finanzas de la CEE, reunidos ayer en Bruselas, acordaron avanar en el camino de la convergencia de sus respectivas políticas económicas. A instancias de la Comisión Europea, órgano ejecutivo y burocrático de la CEE, aceptaron que a partir de 1984 los países miembros con mayores déficit presupuestarios llevena cabo una política de creciente rigor al tiempo que los que tienen la situación bajo mayor control -República Federal de Alemania, Reino Unido y Países Bajos- irían a una cierta expansión. En otro orden de cosas, Francia, que quiere aumentar su comercio exterior aun a costa de subvenciones, bloqueó un acuerdo comunitario sobre los créditos a la exportación en la OCDE.

La propuesta de la Comisión prevé que si en 1983 el crecimiento del comercio mundial será nulo, en 1984 aumentará en un modesto 3,5% y el producto interior bruto de la CEE se incrementará en 1984 en 1,5% frente a medio punto este año. El reparto de la tarta será, sin embargo, muy desigual, con un aumento del 2% en la RFA, Reino Unido e Italia. Francia y Holanda serán los países de menor crecimiento. En este panorama, el paro aumentará, pero la inflación bajará de un 7,5% en 1983 de promedio a un 5,75% en 1984.Los diez aceptaron ayer que los países con mayor déficit presupuestario (Bélgica, Dinamarca, Grecia, Italia e Irlanda) practiquen a partir de 1984 políticas de mayor rigor. La situación de Francia en 1982 está en la mente de todos, pero este país quedaría en una vía media. La RFA y el Reina Unido, que han seguido hasta ahora una línea más dura han de considerar por el contrario una rebaja de los impuestos en 1984 para evitar aumentar las presiones recesionistas e ir hacia una cierta expansión. En todo caso, la Comisión Europea ha recomendado que la prioridad de los gastos públicos nacionales vaya a contribuir al desarrollo del potencial de producción y de la productividad. Aunque secretas por razones políticas, la Comisión puso sobre la mesa cifras de máximo déficit nacional admisible, que habrían de quedar reflejadas en los proyectos de cada país para el año próximo.

Política de créditos

Si este era el terreno del simbolismo, el Consejo, en un campo más real llegó a un callejón sin salida de la mano de Francia, principalmente, y de Italia. La CEE tenía que contestar al compromiso de consenso logrado en París en la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico), en junio, sobre los créditos a la exportación, es decir, los que se benefician de apoyo público. La CEE no contesta, debido a la oposición francesa, que, sin embargo, no ha dejado de contar con simpatías, dado su contexto, como explicó el ministro francés Jacques Delors, de una guerra del acero y agrícola con Estados Unidos.

Los créditos a la exportación funcionan como subvenciones estatales indirectas a países terceros para que compren productos importados. Son una poderosa arma comercial. En 1976, para evitar una guerra de créditos, la OCDE llegó a un acuerdo sobre los tipos mínimos de interés y los períodos máximos de estos créditos.