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Ríos Montt intentó negociar en secreto con los secuestradores de su hermana

En medio de una grave crisis política, aún no cerrada definitivamente, el presidente guatemalteco, Efraín Ríos Montt, debe afrontar ahora el secuestro de su hermana, Marta Elena, de 37 años, maestra de enseñanza primaria, que se encuentra embarazada de cinco meses. Según todos los indicios, la familia Ríos Montt trató de negociaren secreto la liberación, y sólo el silencio de los secuestradores ha movido al Gobierno a confirmar el suceso oficialmente.

Marta Elena Ríos Montt fue interceptada el pasado 29 de junio por cuatro desconocidos, poco después del mediodía, a la puerta de una farmacia cercana a su escuela, en la zona siete de la capital guatemalteca. La acompañaba una amiga.

A esa misma hora, su hermano se encontraba reunido en el Palacio Nacional con miembros de su gabinete y altos mandos militares, tratando de resolver la crisis desatada la noche anterior por un intento golpista de los sectores más reaccionarios del Ejército. Todas las emisoras del país transmitían música en cadena nacional.

Después de arduas negociaciones, Ríos Montt logró su objetivo de mantenerse en la presidencia, pero no sin algunas importantes concesiones: el cese de su equipo secreto de asesores militares y el compromiso de un calendario electoral, que pasa por la celebración de comicios el 29 de julio del próximo año. Se da por segura también la próxima dimisión de sus dos consejeros personales, Francisco Bianchi y Alvaro Contreras, dirigentes ambos de la Iglesia del Verbo, a la que pertenece el presidente.

Aun bajo las atribuciones extraordinarias que le concede el estado de alerta, decretado esa misma tarde, los observadores coinciden en que los últimos acontecimientos han debilitado la situación de Ríos Montt, en favor de la cúpula militar, y le han convertido en una especie de rehén aislado en el palacio presidencial.

Dedicado a su familia

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El secuestro de su hermana es un nuevo dolor de cabeza para este general que ha hecho de la familia el principal destinatario de su peculiar mensaje político, de marcado signo providencialista. Un comunicado del Gobierno ha calificado el hecho como una "flagrante violación de los derechos humanos", especialmente condenable por el avanzado estado de gestación de la víctima.No es ésta la primera vez que la familia del presidente padece un suceso de esta naturaleza. El 13 de octubre último fue secuestrado su sobrino, Mario Rivas, que sería liberado por la policía 40 días más tarde. Un grupo desconocido, que se autotituló Cristianos por el respeto a la vida, se proclamó autor del hecho.

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