La Reina entregó al pueblo de Mirambel (Teruel) la medalla de oro de Europa Nostra
La Reina doña Sofía entregó ayer en Mirambel (Teruel) la medalla de oro de Europa Nostra, concedida en 1981 al proyecto de restauración y ordenación del conjunto urbano de la localidad, presentado por el arquitecto de la Dirección General de Arquitectura, Miguel Angel López de Miguel. Doña Soria, que llegó a la localidad en helicóptero, y fue recibida por el ministro de Obras Públicas y Urbanismo, Julián Campo, y las primeras autoridades aragonesas, recorrió a pie las calles de Mirambel deteniéndose en la exposición de fotografías y planos de las obras realizadas, por la dirección General de Arquitectura, entre los años 1976 y 1980, con un presupuesto de ejecución de 37 millones de pesetas.
En la iglesia de la localidad se desarrolló el acto protocolario con intervenciones de un representante de Hispania Nostra, quien tras resaltar la trascendencia del premio concedido, puntualizó que nuestro país cuenta con un gran legado artístico, pero, por falta de cultura, información y medios económicos, no se conserva debidamente; Carmen Sala, representante de Europa Nostra, destacó la labor realizada en Mirambel, cuyo proyecto concurrió con otros 500 pertenecientes a 25 países europeos: la de Mirambel es la primera medalla de Europa Nostra que conceden a España. Tras ensalzar las maravillas de esta localidad, terminó su intervención indicando que "en una ciudad tan bella y tan bien conservada, se vive mejor".
Recuperar la historia
El alcalde de la localidad, Jesús Barceló, dio las gracias a cuantos han hecho posible la restauración y conservación de Mirambel y pidió ayuda para que se puedan terminar las obras que aún quedan pendientes. Cerró el turno de intervenciones el ministro Julián Campo, quien señaló que el premio concedido a Mirambel es "un premio que se entrega a toda la sociedad española, a su sensibilidad en recuperar su historia y patrimonio". Según el ministro de Obras Públicas, actualmente hay en España 500 proyectos pendientes de restauración que, con ser muchos, no son suficientes para estar a la altura europea: "la tarea de recuperar y conservar nuestro patrimonio", dijo, "no puede quedar sólo en manos del Estado y las entidades públicas, es un trabajo de toda la sociedad, sobre todo en la labor de mantenimiento y conservación".La Reina, antes de regresar a Madrid, firmó en el libro de oro del Ayuntamiento, desde donde presenció la actuación de dos grupos de jota y descubrió una placa en el Portal de las Monjas -única entrada a la localidad amurallada- que recuerda la fecha y el premio concedido a Mirambel por la restauración de su patrimonio arquitectónico y su entorno natural.
Mirambel, pequeño pueblo de la provincia de Teruel con apenas 200 habitantes, está enclavado en las estribaciones de la sierra del Maestrazgo y posee una estructura amurallada y un caserío cuyos orígenes se reparten entre los siglos XIII, XIV, XVI y XVII. Hitos importantes en su historia se refieren a la encomienda de la orden de los templarios y a la época de la reconquista. El lugar es en conjunto una armónica combinación de construcción defensiva medieval y de típica arquitectura civil aragonesa de las postrimerías renacentistas.
Casco amurallado
El casco urbano está completamente amurallado, provisto de cinco torreones y entre sus edificios destacan la iglesia parroquial, el ayuntamiento, la casa Zurita, el portal de la fuente, la plazuela de las cuatro esquinas con la antigua carnicería y la de Aliaga con dos palacios. Todo el caserío de Mirambel se caracteriza por la construcción de mampostería, adobe y maderas, con personales detalles artesanos en aleros, rejas y celosias de tipo mudéjar.La labor restauradora llevada a cabo por la Dirección general de Arquitectura y Vivienda y dirigida por el arquitecto Miguel Angel López Miguel se ha desarrollado entre los años 1976 y 1980 y ha tenido un presupuesto de 37 millones de pesetas. La atención preferente de esta restauración se ha centrado en dos aspectos fundamentales: el respeto a los valores formales de la ciudad y la dotación de una infraestructura técnica que haga posible su revitalización social.
Se ha remodelado el itinerario principal del pueblo, el tráfico rodado se ha ordenado y sus accesos han quedado limitados a una sola entrada, la del Portal de las Monjas. Se han restaurado los principales edificios, considerando tanto su carácter monumental como su importancia desde el punto de vista popular. Se han eliminado añadidos ingratos, revalorizando elementos característicos y suprimiendo lo extraño.
Completa la labor restauradora una cuidada pavimentación y un tratamiento unitario adecuado al carácter particular rural del pueblo, la infraestructura urbana ha sido remodelada enteramente conservando sus características propias del pasado que hacen de Mirambel una localidad actual pero como si fuera de la Edad Media.
Babelia
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