Cuba pone condiciones para negociar con Estados Unidos la vuelta de refugiados
Cuba aceptaría emprender negociaciones sobre la vuelta de algunos refugiados que entraron en Estados Unidos ilegalmente en 1980, pero sólo en el marco de negociaciones globales sobre la normalizacíón de la emigración entre ambos países, según han revelado a The New York Times fuentes de la Administración.El rotativo neoyorquino informaba ayer que Cuba había rechazado a mediados de junio una solicitud de las autoridades norteamericanas en el sentido de que acogiera a algunos millares de indeseables, actualmente en prisiones o institutos psiquiátricos norteamericanos, de los 125.000 que salieron del puerto cubano de Mariel en 1980. Estados Unidos había hecho saber a La Habana que, a menos que se aceptase el regreso de estos refugiados, no habría visado de inmigración para los cubanos que no tienen parientes de nacionalidad norteamericana.
"Cuba no se niega a discutir sobre las condiciones que pudieran permitir la normalización de la emigración entre ambos países, ni respecto a las normas a seguir sobre las personas que después de haber cometido actos ¡legales en un país viajan a otro", declaró el Ministerio Cubano de Asuntos Exteriores a la Sección de Intereses Norteamericanos en La Habana. Un funcionario del Departamento de Estado manifestó que esto no era una respuesta a la petición de Washington, y confesó no poder predecir si se aceptarían negociaciones globales sobre la emigración.
Tales conversaciones se abrieron con la Administración Carter a primeros de 1981, pero finalizaron sin acuerdo ante la insistencia de La Habana en que los cubanos que querían volver lo hacían voluntariamente y que Cuba se reservaba el derecho a vetarlos.
La Administración Reagan no ha mantenido ninguna conversación con Cuba sobre esta cuestión o cualquier otra, aunque en 1981 y 1982 se apuntaron unos principios de discusión relacionados con los esfuerzos norteamericanos para detener el apoyo cubano a la guerrilla centroamericana.
Cuba ha solicitado repetidamente la normalización de relaciones, pero Washington considera que lo que La Habana pretende es emplear tales negociaciones para debilitar al Gobierno de El Salvador, al hacerle creer que lo que los norteamericanos buscan es poner fin al conflicto salvadoreño.
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