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La insistencia del general Bignone en que no existe 'vacío de poder' coincide con nuevos intentos desestabilizadores en Argentina

La improvisada conferencia de prensa que ofreció el presidente del Gobierno militar agentino, general Reynaldo Bignone, a la salida de su misa dominical en la catedral de Buenos Aires, donde se empeñó en negar de forma categórica y rotunda que exista algún movimiento golpista en las Fuerzas Armadas, fue difundida por todos los medios oficiales de comunicación, alterando incluso el horario de la programación de radio y televisión.

Ayer, la extensa entrevista se volvió a pasar completa en todos los telediarios, y también los periódicos destacaron en sus titulares de primera página las declaraciones del presidente. El urgente desmentido confirma la mayoría de las versiones que circularon durante el fin de semana: aunque minoritario, un sector de los generales denominados duros, vinculados a los grupos civiles de la ultraderecha, intenta crear las condiciones que justifiquen un nuevo golpe de Estado. Las preguntas de los periodistas al presidente buscaban precisamente darle pie para que calmara a los moderados del Ejército. Según el general Bignone, no hay vacío de poder en Argentina y tampoco hay presiones del Ejército del Aire para que reemplace al general Llamil Reston, ministro del Interior. Además, se encargó de asegurar que "no cabe ninguna duda de que las elecciones serán el 30 de octubre".En el punto más delicado, el de las investigaciones de la justicia civil a funcionarios militares, tuvo cuidado de aliviar la tensión interna en las Fuerzas Armadas señalando al periodista que le interrogaba que "en principio se está haciendo una generalización peligrosa, porque la justicia está actuando, en determinados casos, algunos como imputados y otros como testigos; eso es todo lo que ocurre. Pretender ver más allá es no saber vivir en libertad".

Cuando se habló de la posibilidad de que el llamado caso Cambiaso, en el que se investiga el secuestro y la muerte de los dirigentes peronistas Osvaldo Cambiaso y Eduardo Pereira Rossi, pasara al fuero militar, el general Bignone no descartó esa alternativa judicial. "Ese caso debe estar donde la ley manda: en el fuero provincial, en el federal o en el militar, donde lo indique la ley". En relación con este caso, el periódico La Prensa sostuvo en su comentario político que el malestar causado entre los efectivos policiales de la provincia de Buenos Aires por la prisión preventiva dictada a tres de sus compañeros les habría llevado a pensar en tomar por la fuerza el lugar donde se encuentran detenidos si no son puestos en libertad.

Nuevos indicios del intento de desestabilización se tuvieron ayer cuando en las redacciones de los periódicos y de las agencias de noticias se confirmó que una voz anónima había llamado para lanzar una proclama revolucionaria en nombre de una supuesta Junta de Comandantes en la Clandestinidad, cuyo inspirador sería el retirado general Carlos Onganía, ex presidente del Gobierno militar instaurado en 1966, después del golpe de Estado que derrocara al Gobierno constitucional que presidía Arturo Illía.

A Onganía, que había defendido hace unos días la legitimidad de los golpes de Estado, le sucedió como portavoz de los sectores fascistas del Ejército de Tierra el general Camps, ex jefe de la policía de la provincia de Buenos Aires en los años más duros del régimen, quien rechazó la posibilidad de una revisión de lo sucedido en la llamada guerra sucia y también se opuso a una ley de amnistía.

En dos de las tres provincias en que votaron los afiliados peronistas se impuso la corriente que en el orden nacional apoya la candidatura de Ítalo Lúder. En la restante obtuvo la mayoría el sector que postula a Antonio Cafiero, ex ministro de Economía durante el último Gobierno constitucional que presidía María Estela Martínez de Perón. El Movimiento de Renovación y Cambio, corriente interna del radicalismo que lidera el doctor Raúl Alfonsin, se impuso en seis de las ocho provincias en que se realizaron las elecciones radicales. En las otras dos triunfaron el Movimiento de Afirmación Irigoyenista, que apoya a Luis León, y la Línea Federalista, que conduce Raúl Galván, actual vocal del comité nacional de la Unión Cívica Radical.

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