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La democracia

Estaban en mi barrio, o sea, campamentales, frente al Ministerio de Industria, tan reciente, y la formidable y espantosa máquina ministerial (con abstracto de firma en la puerta, claro) se ponía de largo democrático, el Ministerio era la Casa de Pilatos de sí mismo, baile de los debutantes y las debutantas huelguistas, seguntinos en la Castellana, haciendo de la zona verde una excursión apaisada, estrecha, paciente y perfumada de tortilla y periódico. (Cecil Roberts, un best/ seller de los cuarenta, dejó el periodismo cuando vio un artículo suyo envolviendo una pescadilla: se hizo novelista) Yo, ayer, he visto mucha tortilla impresa de spleen, en la tarde recalentada, preestival y huelguística. No por eso me voy a hacer novelista, pensaba caminando por entre los saguntinos, que la novela es un compromiso burgués, y para eso ya están las telenovelas, que mi admirada Corín Tellado dice que hace veinticinco años que no se acuesta con un hombre, pero no añade más, no se sale del género rosa, y luego, cuando cogí un taxi, por la movida y los maderos, que rodeaban la manzana, el taxista me lo dijo, este pueblo, don Francisco, mire usted, lo que yo le diga, don Francisco, necesita palo y un pico para trabajar, pero lo primero palo, y los de la madera como si le hubiesen oído, que era radiotaxi (ahora todos dan tarjeta con el teléfono: ya hago colección), porque cargaron contra los saguntinos como unos centuriones antiguos de esos que le ponen sentimental a Terenci Moix, esto es una democracia, me dije/digo, que los saguntinos monten su picnic en la cenefa de hierba de la Castellana, que Terenci desahogue su trauma de no haber sido esclava romana y que las adolescentes madrileñas pongan en las piscinas diurnas una frutación de senos desnudos, sencillos y luminosos, como un inocente llamear del día. Allí, en la movida saguntina, la bella huelguista caída sobre las losetas municipales, los maderos/marcianos con larga visera de plexiglás y Marcelino Camacho, con todo el material -bolígrafos, medicinas, libretitas, billetero- en el bolsillo alto de la camisa sola, como un San José Obrero de izquierdas. Unos jóvenes grabadores y yo nos salimos un poco de la guerra Sagunto/Ministerio (quizá Terenci se hubiera quedado entre los centuriones de la democracia, tipo masoca) y ojeamos los grabados que venden todos los sábados en la Plaza Mayor, con prólogo de Tierno, la resurrección del grabado, "la reproducción mecánica de la obra de arte", famosamente glosada por Walter Benjamin, la democracia estética, hasta que llega una señora del coche de línea y hace la pregunta desbaratadora: "¿Y dice que no les quedan estampas de Goya?". Toma vanguardia. En la noche glasofonada de Puerta de Hierro, Paloma/Paco Segrelles y su tradicional cena de final de la season: lo primero, Ferrer-Salat, que se pone en pie y me pregunta por la Thatcher. "Parece que no te ha sentado muy bien su victoria". "Mi querido Ferrer, tú mismo hubieses esperado un poco más para no pedir la pena de muerte al día siguiente de la alegría electoral". Julián Lago (que no estaba) me dice que lo tiene todo sobre Prado Colón, y Pedro Rodríguez me da el nombre de un alemán que pasaba dinero a un partido español, y María Eugenia Yagüe me pregunta si mi teléfono está pinchado, y uno, que es de la generación de Spaventa, va y le dice: "No sólo mi teléfono no esta pinchado, bella Yagúe, sino que encima se han quedado secas las pilas de todos los timbres que vos apretás".Con los Segrelles, bajo los Barjolas, el ministro Boyer, al que felicito por tantas cosas, y se me muere de casto y de sencillo, y Leguina, que era el tapado/destapado de la autonomia madrileña, pero se pasó la noche sumido en su helado con fresas, y Massiel, a quien le echo monedas por el hermosísimo escote y le salen por la fina enagua, y la princesa Tessa de Baviera, con quien tantas cosas recordamos, y Elsa Baeza, bellísima, que atenúa los ojos con crespones. ¿Democracia es la movida Madrid/Sagunto o la convivencia Ferrer/Boyer? Democracia es que son las seis de la mañana y Madrid está en poder de los lecheros.

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