Fría acogida a Belaúnde en su visita a Ayacucho
Menos de cien personas recibieron el domingo en Ayacucho al presidente Belaúnde, que llegó inesperadamente a la ciudad acompañado por los ministros de la Guerra y del Interior y por el Jefe del Estado Mayor del Ejército. Mediante altavoces se convocó al pueblo ayachucano para acompañar al presidente en el acto de izar la bandera en la Plaza de Armas de la ciudad, pero la población se recluyó medrosamente en sus casas. Belaúnde tras una brevísima parada militar abandonó Ayacucho -no llegó a estar más de media hora- entre espectaculares medidas de seguridad.
Interrogado brevemente por los periodistas en plena plaza, Belaúnde negó que existiera una situación de guerra en el departamento, asegurando que el Ejército estaba allí sólo para garantizar una paz que había sido alterada y reestablecida. Dió por descontado que en noviembre habrá elecciones municipales en Ayacucho.En Lima se estima que las elecciones en Ayacucho serán imposibles, dado que quien se presente candidato sólo lo será a una muerte segura. Belaúnde, que reafirmó su apoyo a la gestión militar sobre el departamento, ha querido en esta visita relámpago desmentir la idea de que Ayacucho es una zona liberada de Sendero Luminoso, y dar una satisfacción a los militares acusados de violación de los derechos humanos. La oposición peruana ve con alarma esta creciente bordaberrización (del ex presidente uruguayo Juan María Bordaberry) de Belaúnde, al que cada día es más difícil ver en público sin algunos generales a sus espaldas.
Los diputados que han vuelto a Lima tras su visita a Ayacucho como acompañantes de los familiares de los ocho periodistas asesinados en Uchuracay muestran su desolación; pretendieron interrogar al general Noel -gobernador político militar- sobre las garantías jurídicas de sus presos (quinientos en el cuartel de Los Cabitos) y obtuvieron la contestación de que en Ayacucho no pueden regir las leyes hechas para tiempo de paz. Preguntado sobre las torturas a que son sometidos los supuestos senderistas detenidos no sólo no las desmintió, sino que argumentó: "¿Qué quieren, que los interrogue en el hotel Crillón?".
La militarización de la ciudad es absoluta y continúan las redadas indiscriminadas; el mismo domingo, pocas horas después de la visita de Belaúnde, al menos cuarenta jóvenes ayachucanos que paseaban su día de asueto por el parque de la ciudad fueron subidos a camiones militares y trasladados a los cuarteles para su interrogatorio. Al margen de los detenidos de los que se tiene noticia, comisiones de parlamentarios y familiares han denunciado documentadamente la "desaparición" de catorce ayachucanos tras su arresto por fuerzas de seguridad.
Cuzco, a oscuros
Cuzco quedó el domingo durante dos horas a oscuras en esta curiosa guerra de Sendero Luminoso contra la iluminación de las ciudades y las listas de bajas mortales (hasta 50 por semana en un solo departamento) ya son superiores a las de alguno de los conflictos centroamericanos. En la ciudad también estallaron varios artefactos.
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