Iniciativas en el País Vasco y Galicia en el Día Mundial del Medio Ambiente

El Gobierno Vasco creará una red de centros de animación ecológica, denominados Casas de la Ecología, por toda la geografía del País Vasco. Se trata -según explicó el consejero de Ordenación Territorial y Transportes, Javier Lasagabaster-, de aprovechar enclaves ya existentes, tales como ermitas o edificios abandonados, para convertirlos en lugares de encuentro abiertos a todos los ciudadanos, grupos de trabajo aficionados o científicos interesados por el medio ambiente.

El anuncio fue hecho en un acto presidido en Irún (Guipúzcoa) por el vicepresidente del Gobierno Vasco, Mario Fernández, y el consejero de Ordenación territorial y Transportes, con motivo de la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente.La viceconsejería de Medio Ambiente del Gobierno Vasco presentó en ese marco el estudio realizado a instancias suyas por la Sociedad de Ciencias Naturales Aranzadi, sobre la zona de la bahía de Txingudi y los montes de Peñas de Aya y Jaizkibel. El estudio contempla también las islas del Bidasoa, de notable importancia ecológica en la captación de aves migratorias, donde se proyecta crear un parque natural.

Por su parte, la Asociación para la Defensa Ecológica de Galicia (ADEGA), ha elaborado un ambicioso proyecto de recuperación de las riveras de los tres ríos que pasan por Orense, como principal aportación al Día Mundial del Medio Ambiente. El colectivo ecologista, -informa Antonio Vallejo- inicia así una intensa campaña de concienciación popular y movilización ciudadana.

Según ha anunciado Ramón Varela, presidente de ADEGA, su organización informará a la corporación municipal del Orense, presidida por el alianciasta Antonio Caride Tabarael, sobre un plan para rescatar las márgenes de los ríos Miño, Barbaña y Loña a su paso por la ciudad. Así mismo está prevista una concentración, apoyada por varios partidos políticos bajo el lema de Paz mundial y desarme. Finalmente, ADEGA está recavando ayuda de varios ayuntamientos para costear un viaje de ecologistas a las islas británicas al objeto de intentar paralizar el cargamento de los residuos radiactivos que luego serían depositados en el Atlántico, a mencis de 400 millas de las costas gallegas.