Alicante y Sabadell, centros de actividad clandestina
Las comarcas zapateras de Alicante, el textil catalán de Sabadell y la pequeña empresa valenciana constituyen tres claros exponentes del peso y la pujanza adquiridos por la economía subterránea en nuestro país. De ahí que los escasos e incompletos estudios de campo que se han realizado sobre este fenómeno en España se hayan circuscrito a estas zonas. Los resultados de estos trabajos ponen de manifiesto, entre otras conclusiones, que entre el 21% y el 36% de la producción de calzado alicantina procede de empresas ocultas, o que la economía subterránea aporta el, 30% del valor añadido que genera Sabadell.El estudio más importante sobre economía oculta fue realizado recientemente por el Ministerio de Economía y Hacienda, en colaboración con la CEOE y los sindicatos, sobre el sector del calzado en Elche, Elda, Petrel y Villena. La encuesta realizada puso de manifiesto que de los 165.760 individuos activos de la zona, uno de cada cinco trabaja en su domicilio; que los trabajadores en el domicilio son casi todos mujeres (89,9%), y la gran mayoría (91,9%) trabajan en el calzado; que en el conjunto de los municipios estudiados el trabajo a domicilio aporta a la renta familiar unos 3.896 millones de pesetas, lo que supone el 36%. del total de ingresos familiares; que 54 de cada 100 trabajadores a domicilio ha trabajado antes fuera del mismo, y que la mayoría de ellos lo había hecho en fábricas de calzado, y, finalmente, que de cada 100 trabajadores a domicilio sólo 14 tienen una relación laboral próxima a la de un trabajador fijo.
La citada encuesta pone de manifiesto que muchos de los empresarios legales afirman, sin tapujos, que en cualquier momento se pueden ver abocados a pasar a la clandestinidad y que en muchas ocasiones es el propio empresario legal el que pacta con los trabajadores un despido sin conflictos y les proporciona medios para fabricar clandestinamente, comprometiéndose a comercializar su producción. La magnitud de la producción oculta en la zona, según la encuesta, se sitúa entre el 21% y el 36% de la producción total. Los empresarios son conscientes de que la clandestinidad frena la reestructuración del sector, pero aseguran que es la única manera de reducir de forma inmediata los costes y poder seguir compitiendo internacionalmente.
En Sabadell, según un estudio propiciado por el ayuntamiento, la economía subterránea supone un 30% del valor añadido generado en la zona. Mientras la capacidad productiva se ha reducido un tercio en la última decada, y no se han sustituido viejas máquinas por nuevas instalaciones, la producción ha crecido entre un 3% y un 7,5%. Las máquinas no se han achatarrado, y aunque oficialmente se encuentran amortizadas y dadas de baja, en realidad están funcionando de forma clandestina.
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