Felipe González busca un compromiso firme de Bonn para nuestro ingreso en la CEE
El deseo de España de que el Gobierno federal alemán dé un impulso a las negociaciones de ingreso en la Comunidad Económica Europea (CEE), y el interés de la República Federal de Alemania por conocer la posición del Gobierno español respecto a la OTAN ocupan una posición central entre los temas de la visita que hoy emprende a Bonn el presidente del Gobierno español, Felipe González.
Felipe González dedicó parte del día de ayer a preparar la visita. Por la mañana se entrevistó con este motivo con el ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, que le acompaña en este viaje. En la delegación española figuran asimismo el ministro de Economía, Miguel Boyer; el secretario de estado para las Comunidades Europeas, Manuel Marín; el portavoz del Gobierno, Eduardo Sotillos y el director de la Oficina de Información Diplomática (OID), Fernando Schwartz.La última visita de un presidente de Gobierno español a Bonn, la de Calvo Sotelo hace once meses, fue con motivo del ingreso de España en la OTAN. La situación ha cambiado desde el pasado junio.
Desde la llegada al poder en la RFA del democristiano Helmut Kohl, Bonn se ha alineado en la posición de dureza que representan el presidente Reagan y la primera ministra británica, Margaret Thatcher. Esto supone una menor comprensión de las posturas ambiguas que mantiene el Gobierno español ante la OTAN.
En Alemania Federal se consideran estrechamente vinculados el tema del ingreso en la CEE y la pertenencia a la OTAN. De una manera plástica lo formuló hace meses el ministro de Asuntos Exteriores, Hans-Dietrich Genscher, cuando dijo que no se puede exigir que España contribuya con la sangre de sus soldados a la defensa de Occidente y luego vea cerradas las puertas a sus productos en las fronteras de la Europa comunitaria.
Felipe González puede esperar que en Bonn se comprenda la negativa de España a cooperar en la OTAN si no se entra en la CEE, pero será difícil que la RFA admita una separación absoluta de ambos complejos. González llega a la RFA en medio de la presentación ante el Bundestag de la declaración de Gobierno del canciller Kohl, y desde la tribuna de invitados recibirá, casi con seguridad, la ovación de todo el pleno, verdes incluidos. Se espera que Kohl aproveche la ocasión para hacer una declaración de apoyo al ingreso de, España en la CEE. La RFA ocupa hasta el próximo 30 de junio la presidencia comunitaria, en la que debería haberse dado, un impulso decisivo al ingreso de España.
De la, concreción de la declaración de Kohl se podrá entrever hasta qué punto el apoyo de Bonn es serio o solamente verbal. Desde hace años, políticos de la RFA de todos los colores recurren al tópico de "debemos ,contribuir a que la joven democracia española encuentre el camino hacia Europa". Declaraciones de este tipo ya no bastan a estas alturas, salvo que se quiera alimentar la sospecha de que otros países comunitarios utilizan a Francia como coartada para evitarse los problemas derivados del ingreso de España en la CEE.
Inconcreción alemana
Al Gobierno español le interesa ahora que Bonn concrete si está dispuesto o no a contribuir materialmente a la eliminación de obstáculos al ingreso de España; por ejemplo, con la aceptación de la elevación del porcentaje del impuesto sobre valor añadido, que serviría para contríbuir al financiamiento de las cajas comunitarias.
Esta contribución de Bonn no sería echar dinero en saco roto, porque a la RFA le conviene el ingreso de España, sobre todo por la posibilidad de abrirse un mercado todavía no saturado, cuando la industria alemana encuentra cada vez más dificultades en dar salida a su producción propia.
La visita de González tiene una fuerte componente económica, con la presencia de un buen número de empresarios españoles y gentes de las finanzas,que se encontrarán con interlocutores alemanes de primera fila. El nuevo embajador español en Bonn, Eduardo Foncillas, impulsó la idea de que los hombres de la economía participen también de la visita del presidente del Gobierno, algo que el ex canciller de la RFA Helmut Schinidt solía cultivar. Por parte alemana existe un fuerte interés en dar la última batalla a favor del Tornado como futuro FACA de la aviación española. Pocos días después de la visita de González se espera en la RFA la presencia del ministro español de Defensa, Narcís Serra, que visitará Bonn y Munich, sede. de la empresa productora del Tornado.
Si España se decidiese por el Tomado, decisión harto improbable, se podrían reducir los costes de producción de este avión, que se habían disparado por la reducida cartera de pedidos.
La cuestión de los emigrantes españoles será también objeto de estudio, ya que su situación podría quedar comprometida si el gobierno alemán se decide a llevar adelante un anteproyecto de ley que propicia el retorno de los extranjeros a su país de origen. Un portavoz gubernamental manifestó ayer en Bonn que la población emigrante española, en este momento muy disminuida, no constituye problema.
Visita a Berlín
El presidente del Gobierno español visitará Berlín Oeste, y éste es un dato significativo en la RFA. Debido al estatuto especial de la antigua capital alemana, sometida a la jurisdicción de las cuatro grandes potencias, Berlín no pertenece a la RFA. En la otra Alemania, la República Democrática Alemana, se considera siempre una afrenta la vinculación de visitas a la RFA con visitas a Berlín, porque consideran que así se acentúa la vinculación de Berlín Oeste con el territorio federal alemán.
Felipe González visitará Berlín Oeste y hará las fotos típicas junto al muro, que llenan de satisfacción a los alemanes de este lado e irritan a las autoridades del otro y a la Unión Soviética. Un gesto significativo que no había realizado ninguno de los anteriores presidentes de Gobierno españoles -Adolfo Suárez y Leopoldo Calvo Sotelo-, aunque presidían Gobiernos a la derecha del actual.
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