Andrés Amorós y sus personajes presentan 'Diario cultural'

Andrés Amorós, crítico polifacético y catedrático de Literatura, presentó anteayer en Madrid su libro Diario cultural en un acto que se celebró en la sala de música de la Escuela Superior de Canto. En la presentación intervinieron Luis Calvo, José Luis Gómez, Francisco Nieva y Federico Sopeña, de quienes el autor habla profusamente en su obra, y Fermín Vargas, director de Espasa Calpe, la empresa editorial que ha publicado este conjunto de retratos que Amorós presenta como un balance de una época para él significativa de la cultura española de la transición.Según Amorós, esa época y su desenlace demuestran que hay razones para sentirse optimistas sobre la vitalidad cultural de este país, cuya creatividad es, según él, cuando menos parangonable a la de otros.

El acto de presentación consistió en un parlamento que Andrés Amorós realizó antes de la intervención de cada uno de sus acompañantes, glosando su personalidad y leyendo fragmentos, o bien la totalidad del capítulo que le dedica en su Diario cultural. A continuación, el invitado en cuestión se refería a Andrés Amorós, a la obra presentada y a la mutua admiración y amistad que les une en lo que fue un acto que fue contemplado por muchos de los personajes, hecho que convirtió la presentación en una especie de tranquila celebración pirandeliana.

Concluyó el autor afirmando que en su texto -"en el que, aunque se trata bien a la gente, hay unas cuantas puyas"- se pone sobre el tapete la teoría de la creatividad de los españoles, que no tienen nada que envidiar a los extranjeros. Amorós cree que el periodo al que se refiere su libro es una prueba de ese hecho.

La nomenclatura del volumen, por otra parte, coincide con una gran parte de sus amigos porque el autor ha querido, en esta ocasión, escribir de todo aquello que ama y le apetece. Así figuran en Diario cultural todas sus aficiones principales, desde la tauromaquia al teatro pasando por la música clásica y moderna.

En este último caso, Amorós celebra haber descubierto desde muy joven la música de personajes como Mahler y también hace patente su gozo por haber sido convencido a estas alturas de la bondad de algunas de las melodías de Julio Iglesias.